viernes, 14 de agosto de 2015

El pueblo que no sabía como llamarse



Los pueblos ,cualquier tipo de población, cualquier ciudad, cualquier conjunto de casas, tienen una historia a cuestas, como los seres humanos.

Ellos también consiguen superar unos inicios difíciles, para luego irse asentando paulatinamente y al final, determinar su forma de vida, su procedencia, su aceptación a corrientes foráneas, sean individuales, colectivas o de moda.

Se vuelven, como los humanos, más prácticos (algunos), van cometiendo menos errores, se vuelven mayores, y se ensanchan como pueden, hacia arriba, hacia los lados, y van conformando una identidad propia, con sus características y circunstancias.

Pero en la comarca en que me encuentro, existen también algunas variantes. Hay un pueblo, Llucena o Lucena del Cid  (La Perla de la Montaña, lo llaman), que no sabe cómo se inició. Al menos es lo que predica de entrada en su folleto turístico (vale que en el mismo folleto utilizan el copiar y pegar en la primera página y en la tercera, descarado pero muy mal hecho, manifestando lo mismo, sobre lo atractivo que resulta el pueblo para el turista,  pero eso es otra historia, si la hay). No obstante, lo primero que informan  es no saber cuándo apareció esta población pegada a la montaña, hermosa con sus farallones enhiestos, su vista a vuelo de pájaro de la comarca y su río Lucena allá abajo, serpenteando entre piedras.

Al parecer, la historia de los nombres se las trae en esta comarca. El monte más alto es Penyagolossa o Peña Golosa. Golosa porqué, me pregunto, pero no he tenido respuesta.

También está Vistabella, pueblecito enclavado en la montaña, pero me dicen que realmente, allí no es la vista más bella de la zona, sino en otro pueblo cercano, sobre la cumbre de un cerro o pequeña montaña.Quizás sea lo que ocurre en todos los pueblos, que si yo soy mejor, que si tú no sabes, que si tal, que si cual.

Pero a poca gente le gusta vivir en Pollarosa, un lugar donde la masía enclavada allí se las trae con el nombre. Que en los alrededores también hay una serie de nombre cuando menos capciosos…Benafigos, (Ven a los higos?)(higos, figos, figa?), Costur (de donde salen los costureros?),La Foya (síiiii????) Lo hace de verdad?....

 
Pero la historia que quería contarles, aunque tiene que ver con este “dejarse estar” de la comarca, tiene que ver con Adzaneta. O Atzeneta. O Atzeneta del Maestrat. O Atzeneta del Maestrazgo.

Tanto monta, monta tanto. Es la misma población. Y su nombre quizás tenga mas variantes que yo no conozca de momento. Quizás entre sí, los pobladores tengan otro nombre para "su" pequeña "terreta natal".


El Castell, cercano al lugar donde me encuentro residiendo
Con una superficie de 71 kilómetros cuadrados, el pueblo se estira en tres o cuatro direcciones, con una placeta central coronada por un castillo realizado en hierro, de hermosa factura. No se diferencia en mucho de otras poblaciones parecidas de la zona, aunque los habitantes le defiendan a capa y espada. Tiene personalidad, eso sí. Pero por no saber,  no sabe si pertenece a Alcalatén (según la propuesta comarcal), o al Alto Maestrat, según la demarcación histórica.

Y  mantiene una variedad de nombres.

Que en realidad, según la Wikipedia, es que se llama oficialmente Atzeneta del Maestrat. Pero este es el nombre en valenciano, quizás. Que el Maestrat es en español  el Maestrazgo, una línea de montes y montañas que tomó el nombre del Gran Maestre del Temple que campó por estos lares siglos ha. Y luego  de las derivaciones habdas por la institución de una Capitanía General o algo así, del Maestrazgo.

Total, que  lo dejaremos en Adzeneta…cómo se llama en general.

Ni los mismos carteles se ponen de acuerdo. Pero como en realidad la pronunciación del nombre abreviado se parece a algo así como “Atcheneta” (los pobladores me corrigen cuando la menciono, porque dicen que se nota que soy forastero -en este lugar también-por mi habla diferente).

Los lugareños no se preocupan de esas minucias. Siguen yendo a lo suyo, y son gente no muy diferente a la de otro pueblo pequeño, aunque he cuestionado con pobladores atzeneteños si son más o menos cotillas, si se meten más o menos en la vida de los demás, si preguntan ingenuamente todos los detalles de tu vida, pensando quizás que no te enteras de su curiosidad manifiesta. Si son diferentes y parece que no .

Pero el pueblo mismo es de muy larga trayectoria, y se entronca  en  sus inicios con la Edad de Bronce, porque se han encontrado restos arqueológicos que así lo prueban. Y su nombre deriva de un jefe bereber llamado Zanet, que vivió por aquí con su tribu, los Ad-Zanet (los de Zanet, sería una traducción libre del árabe), o la tribu de los Zenetas, como se le conocía coloquialmente entre los íberos existentes, en la época en que formaba parte de Al-Andalus.

Total, que es una población que tiene un pasado más que importante. Que al menos, oficialmente, existía ya hace ocho siglos. En 1272 se documenta su existencia escrita, pero su existencia física era con mucho anterior a esa fecha.
Antigua muralla

Se construyó  su muralla aprovechando una confluencia de dos vías de agua: “las Ramblas”, que servían como foso de defensa,  y hay asimismo  restos islámicos en la “villa cerrada”, la parte más antigua, y en la torre de la Presó, o Prisión.

Bien, lo de la historia es otra historia, que necesita más sitio para comentar, pero no es el caso en este momento .Tampoco quisiera perderme en disquisiciones seudo filosóficas sobre la historia misma.

En fin, que yo voy  a lo mío.

Que lo que quería contar, era que este pueblo tiene no uno ni dos, sino tres o cuatro y quizás más nombres , todos  aproximadamente oficiales, que conviven entre ellos en plena armonía desde hace ya bastante tiempo.

Al menos siete u ocho siglos, que ya es decir.

Evolución de la población en Atzeneta
Y no le importa en lo más mínimo vivir cotidianamente sin saber muy bien cómo llamarse definitivamente .Que vivir por esos lares es una maravilla. Mucho verde, a pesar de un horroroso incendio ocurrido hace años que asoló la comarca y consumió bosques centenarios, carrizales y juncales, olivos retorcidos y alguno partido por un rayo, tupida carrasca que ya no se recuperó.

Aún así, el manto verde de sus campos apareció nuevamente, y existen lugares, parajes y senderos dignos de visitar, en un amplio radio de muchos kilómetros que componen el Alto Maestrat.

Aunque el pueblo  del que hablamos (Atzeneta, Adzaneta?) tenga muchos nombres, no le importe, y quizás conocer real y fundadamente  el por qué,


 puede ser parte de otra historia que contaremos en otra ocasión.

O no…quién lo sabe..?