viernes, 4 de noviembre de 2016

Mi estancia por Mérida



Frente a mi casita en estos tiempos
El periplo que vengo haciendo me está llevando a diversos sitios. Ahora mismo me encuentro en Márida, capital departamental de Extremadura, lugar donde había conectado con la Asociación Huerta Tierra Viva, una “rara avis” que está funcionando bastante, bastante bien.
Me explico : los problemas de la gente del campo son múltiples y variados, y no siempre se consigue el objetivo. En Andalucía seleccioné a Pablo Laffite, porque se trataba de un hortelano que desde hacía un par de años luchaba por encontrar su sitio en la huerta, y poder vivir de ella. Y sabía yo por anteriores lugares lo dificil que era vivir de ello sino se compaginaba con alguna actividad alternativa que incrementara las ganancias.

La huerta ecológica da mucho trabajo y pocos resultados.
Casita de paja de Rafa
 Se lucha con granjas industriales, donde se utilizan pesticidas, insecticidas y todos tipo de nutrientes industriales, dañinos en su gran mayoría para el medio ambiente, pero que producen muchas hortalizas y frutos, y que – curiosamente – está mucho más respaldado por los gobiernos que las huertas ecológicas.
Así le está pasando a Pablo, por ejemplo, y espero que no se cabree si ventilo su caso. Un sitio de alquiler, duro trabajo para tener una huerta decente, con verduras apetecibles y cuidando siempre el medio ambiente.

Pero además de encontrarse junto a un pueblo con muchos hortelanos particulares, Pablo lucha con la particularidad de “nadie es profeta en su tierra”, porque aunque lleva muchos años asentados junto a la población, no es mairenense….
Este es un coste agregado para quienes se trasladan a poblaciones pequeñas, en donde el que no es propio de allí es mirado un poco por encima del hombro, como si Mairena del Alcor fuera el ombligo del mundo. Como digo, es un mal común a la mayoría de las poblaciones menores.
Eso, unido a un propietario cabrito que ahora ve lo que puede dar su tierra, e intenta por todos los medios de quedarse con el fruto de una tierra cultivada, buena, preparada durante un par de años, empieza a buscarle las cosquillas para que se vaya y le deje todo preparado.

Esto es lo que ocurre en múltiples ocasiones, lo he visto y sufrido junto a los hortelanos. Y encima, como buen autónomo, te ves huérfano de ayudas, apoyos y colaboraciones por parte de las autoridades.

EN MERIDA

Por ello , cuando consultado la web de Wwoof España me encontré con esta asociación de Mérida, me interesó. Venía de Granada, donde como asociación en ciernes, una comuna se mantenía desde hace años, con una quesería funcionando a todo tren. Había pasado por Granada, donde Pablo se defiende como gato entre la leña para salir adelante, y finalmente llegué a esta hermosa ciudad con mucha historia.
Y una CSA (Community Supported Agriculture). Una vieja idea, pero una moderna realización.
Abel y Luis preparando las cestas
Los hortelanos de la Asociación pactan la entrega de cestas semanales de los productos que se cultivan en la huerta. Esta entrega tiene unos productos básicos, que se adelantan vía mensaje para que escojan, y luego productos subsidiarios, de los cuales tienen poca cantidad, son especiales o no interesan a todo, que se depositan en un local de entrega y allí todo el mundo que quiera, entre los asociados, se sirve.

La idea que se planta en la mente de los asociados es que el huerto es de todos. Que lo que se va produciendo se entrega en dichas cestas, y se agregan los subproductos. A veces son almendras, aceitunas, nueces que se recogen en otros sitios ecológicos, en otras ocasiones productos manufacturados (ñoras, pimientos enristrados), y todo ello a disposición. Hay otras cosas que se compran a otros horticultores ecologistas, como miel, productos envasados, etc.
...y la cosa está funcionando bien. Cuesta incorporar a personas que no tienen tierras, interés o pretensiones de ser hortelanos, para que se acoplen a la idea. Pero se puede visitar la huerta, ver la producción, dar de comer o visitar los tres borricos heredados, la burra Manuela que será madre en poco más de un mes, las cobayas, palomas, gallinas, tortugas, todo el bicherío que se cuida con cariño en Tierra Viva.

Así se tiene una visión general de la Asociación, del papel que cumple, de los fines establecidos.

Me ha gustado mucho. Paco, Abel, Rafa, Luiggi, andan siempre por allí. Y Ana, una voluntaria que echa una mano de vez en cuando, y Fraguel, y Dani, Gina y el pequeño Teo, en fin, que se mueve gente por allí.

Sobre todo m e ha gustado ver que , aunque no se logren aún los objetivos establecidos, se pueda lograr hacer  funcionar una asociación que desde 2014 mantiene la misma tesitura. 
Haciendo un poco de apicultura
Creo que es un ejemplo de como se pueden ir venciendo poco a poco las adversidades burocráticas, de cómo teniendo metas fijas y contando con colaboración, se puede ampliar el espectro del huerto ecológico, fuera de pesticidas, productos con riesgo de ser cancerígenos, grandes industrias que solamente ven en el resultado final su forma de vida.

 PROXIMO PASO

De momento me encuentro muy cómodo en Mérida, el trabajo no se diferencia mucho de otros huertos similares que he conocido, se trabaja con alegría, reuniones en el porche, charlas y un vino de producción propia o una birra para terminar la jornada.

Ya me estoy yendo, de todas maneras.

El próximo destino será la Horta do Zé, en Portugal . Me han contado maravillas del país vecino, y quiero conocerlo un poco más profundamente. 
Mis anteriores visitas fueron rápidas y aisladas, de modo que puedo tener un nuevo universo dentro de la defensa del medio ambiente, la agricultura ecológica y la batalla diaria para mejorar grano a grano, este mundo hermoso pero tan dilapidado como el que tenemos.

Pero eso será motivo de otra historia….o no.



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