Frente a mi casita en estos tiempos |
El periplo que vengo
haciendo me está llevando a diversos sitios. Ahora mismo me
encuentro en Márida, capital departamental de Extremadura, lugar
donde había conectado con la Asociación Huerta Tierra Viva,
una “rara avis” que está funcionando bastante, bastante bien.
Me explico : los
problemas de la gente del campo son múltiples y variados, y no
siempre se consigue el objetivo. En Andalucía seleccioné a Pablo
Laffite, porque se trataba de un hortelano que desde hacía un par de
años luchaba por encontrar su sitio en la huerta, y poder vivir de
ella. Y sabía yo por anteriores lugares lo dificil que era vivir de
ello sino se compaginaba con alguna actividad alternativa que
incrementara las ganancias.
La huerta ecológica
da mucho trabajo y pocos resultados.
Casita de paja de Rafa |
Se lucha con granjas
industriales, donde se utilizan pesticidas, insecticidas y todos tipo
de nutrientes industriales, dañinos en su gran mayoría para el
medio ambiente, pero que producen muchas hortalizas y frutos, y que –
curiosamente – está mucho más respaldado por los gobiernos que
las huertas ecológicas.
Así le está
pasando a Pablo, por ejemplo, y espero que no se cabree si ventilo su
caso. Un sitio de alquiler, duro trabajo para tener una huerta
decente, con verduras apetecibles y cuidando siempre el medio
ambiente.
Pero además de
encontrarse junto a un pueblo con muchos hortelanos particulares,
Pablo lucha con la particularidad de “nadie es profeta en su
tierra”, porque aunque lleva muchos años asentados junto a la
población, no es mairenense….
Este es un coste
agregado para quienes se trasladan a poblaciones pequeñas, en donde
el que no es propio de allí es mirado un poco por encima del hombro,
como si Mairena del Alcor fuera el ombligo del mundo. Como digo, es
un mal común a la mayoría de las poblaciones menores.
Eso, unido a un
propietario cabrito que ahora ve lo que puede dar su tierra, e
intenta por todos los medios de quedarse con el fruto de una tierra
cultivada, buena, preparada durante un par de años, empieza a
buscarle las cosquillas para que se vaya y le deje todo preparado.
Esto es lo que
ocurre en múltiples ocasiones, lo he visto y sufrido junto a los
hortelanos. Y encima, como buen autónomo, te ves huérfano de
ayudas, apoyos y colaboraciones por parte de las autoridades.
EN MERIDA
Por ello , cuando
consultado la web de Wwoof España me encontré con esta
asociación de Mérida, me interesó. Venía de Granada, donde como
asociación en ciernes, una comuna se mantenía desde hace años, con
una quesería funcionando a todo tren. Había pasado por Granada,
donde Pablo se defiende como gato entre la leña para salir adelante,
y finalmente llegué a esta hermosa ciudad con mucha historia.
Y una CSA (Community
Supported Agriculture). Una vieja idea, pero una moderna realización.
Abel y Luis preparando las cestas |
Los hortelanos de la
Asociación pactan la entrega de cestas semanales de los productos
que se cultivan en la huerta. Esta entrega tiene unos productos
básicos, que se adelantan vía mensaje para que escojan, y luego
productos subsidiarios, de los cuales tienen poca cantidad, son
especiales o no interesan a todo, que se depositan en un local de
entrega y allí todo el mundo que quiera, entre los asociados, se
sirve.
La idea que se
planta en la mente de los asociados es que el huerto es de todos.
Que lo que se va produciendo se entrega en dichas cestas, y se
agregan los subproductos. A veces son almendras, aceitunas, nueces
que se recogen en otros sitios ecológicos, en otras ocasiones
productos manufacturados (ñoras, pimientos enristrados), y todo ello
a disposición. Hay otras cosas que se compran a otros horticultores
ecologistas, como miel, productos envasados, etc.
...y la cosa está
funcionando bien. Cuesta incorporar a personas que no tienen tierras,
interés o pretensiones de ser hortelanos, para que se acoplen a la
idea. Pero se puede visitar la huerta, ver la producción, dar de
comer o visitar los tres borricos heredados, la burra Manuela que
será madre en poco más de un mes, las cobayas, palomas, gallinas,
tortugas, todo el bicherío que se cuida con cariño en Tierra Viva.
Así se tiene una
visión general de la Asociación, del papel que cumple, de los fines
establecidos.
Me ha gustado mucho.
Paco, Abel, Rafa, Luiggi, andan siempre por allí. Y Ana, una
voluntaria que echa una mano de vez en cuando, y Fraguel, y Dani,
Gina y el pequeño Teo, en fin, que se mueve gente por allí.
Sobre todo m e ha gustado ver
que , aunque no se logren aún los objetivos establecidos, se pueda lograr hacer funcionar una asociación que desde 2014 mantiene la misma
tesitura.
Haciendo un poco de apicultura |
Creo que es un ejemplo de como se pueden ir venciendo poco
a poco las adversidades burocráticas, de cómo teniendo metas fijas
y contando con colaboración, se puede ampliar el espectro del huerto
ecológico, fuera de pesticidas, productos con riesgo de ser
cancerígenos, grandes industrias que solamente ven en el resultado
final su forma de vida.
PROXIMO PASO
De momento me
encuentro muy cómodo en Mérida, el trabajo no se diferencia mucho
de otros huertos similares que he conocido, se trabaja con alegría,
reuniones en el porche, charlas y un vino de producción propia o una
birra para terminar la jornada.
Ya me estoy yendo,
de todas maneras.
El próximo destino
será la Horta do Zé, en Portugal . Me han contado maravillas del
país vecino, y quiero conocerlo un poco más profundamente.
Mis
anteriores visitas fueron rápidas y aisladas, de modo que puedo
tener un nuevo universo dentro de la defensa del medio ambiente, la
agricultura ecológica y la batalla diaria para mejorar grano a
grano, este mundo hermoso pero tan dilapidado como el que tenemos.
Pero eso será
motivo de otra historia….o no.
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