Me encuentro desde
hace algún tiempo en una granja que produce un exquisito, debo
decirlo, vino ecológico, ubicado en las afueras de Silves, ciudad
cercana a Portimao y Faro, en el sur portugués.
Nadia, la madre, y Nadinne, de 5 horas de vida |
Son una especie de
vacaciones dentro del viaje que estoy realizando, aunque como
trabajo...siempre se trabaja. Aquí hay mucho que limpiar, porque son viñedos que hay que proteger, árboles frutales, olivos, de todo un poco.
Pero se trata sobre todo de una
plantación de viñedos que iniciaron Jaap y Reneé, una pareja de
holandeses afincados por ese entonces en esta zona del Algarve
portugués.Y una yeguada con certificación española "Yeguada Quinta Rosa", de caballos de pura raza española, a los que seguramente habrá que cuidar. Mucho, mucho trabajo después, el lugar es una verdadera
maravilla.
INICIARSE SIEMPRE
CUESTA
Cuando llegaron al
lugar, la finca estaba muy descuidada, y la idea que ellos tenían
era muy diferente de la que llevaban a cabo sus antiguos
propietarios. Un campo de naranjos, principalmente, mucho terreno
baldío, cuestas, rocas, árboles viejos y descuidados, en fin, que
había que poner manos a la obra.
Reneé tambié hace fotos a la nueva potranca, Nadinne |
He tenido
oportunidad de ver un par de libros que editaron posteriormente, con
fotografías del proyecto que tenían “in mente”. Ya conocían
del tema, por anteriores proyectos, de modo que sabían con lo que
tenían que lidiar.
Había que comenzar
por un desmonte casi total, allanamiento del terreno, preparación
de tuberías, almacenamiento y distribución de agua, colocación de
postes para delimitar las líneas y futuro tendido de hilos de
alambre, apertura y preparación de calles interiores, etc.
Hay mil detalles que
se unieron en esos momentos para hacer más gravoso el trabajo, como
el tiempo, el barro, las innumerables piedras que jalonaban la
primera hectárea que se iba a plantar. Pero el proyecto era claro y
al poco tiempo se podía visualizar lo que sería esa plantación...y
las venideras. Entretanto, la casa derruída no permitía el
alojamiento en la finca, de modo que era un ir y venir constante
hacia la casa que tenían cerca del pueblo. Paralelo al trabajo del
futuro viñedo, otras labores paralelas insumían su tiempo:
construir un sitio para guardar herramientas y tractor, pavimentar de
grava los caminos principales, cerrar con una pared de piedra los
sitios adyacentes a la entrada, que en principio solamente era un
armazón de madera, hasta que se pudo instalar, un par de años
después, la puerta de hierro que marca hoy la entrada a “Quinta
Rosa”. Así, “ad infinitum”, porque ya se sabe que cuando se
comienza algo desde cero, el trabajo es ingente, no existen horarios
ni días libres, pero finalmente, dos años después, allá por 2010,
se pudo comenzar a apreciar lo realizado.
Tecnología, pero a seguir limpiando viñedos... |
Así siguieron luego
terrazas tras terrazas, hasta las seis hectáreas actuales.
Paralelamente, acometieron la construcción de la vivienda, una casa
señorial de unos 200 metros habitables, con grandes ventanales,
orientación justa para ver amanecer y atardecer por uno u otro lado,
y que permitió, finalmente, el asentamiento total de la familia en
el viñedo actual.
Hoy es un absoluto
vergel, muy cuidado y con viñedos totalmente ecológicos que les han
permitido obtener medallas de Oro, Plata y Bronce en distintos
eventos públicos, y ser el único viñedo de la región del Algarve
en obtenerlo, compitiendo con vinos industriales, familiares, grandes
y pequeñas bodegas que jalonan la región. Debo decir que me ha
parecido un magnífico vino, en cada una de sus especialidades, con
carácter, un rosado completamente distinto de los demás, un blanco
que tiene merecida la medalla obtenida, y un tinto alegre y con un
regusto exacto de taninos en su elaboración. La bodega, instalada en
los sótanos de la vivienda, ocupa prácticamente toda ella, y allí
se embotella, se guarda y conserva, se añeja o se prepara para su
distribución.
Realmente, considero
que un productor que realiza este tipo de acciones, acorde con la
Naturaleza, libre sus productos de pesticidas, insecticidas o
mejoradores de sabor tan al uso, es para sentirse simplemente
orgulloso de una labor bien hecha.
LOS ALREDEDORES
La finca se
encuentra situada en un paraje denominado “Pinheiro e Garrado”
(la traducción me falla un poco, pero podría ser un Pino bien
agarrado, bien cimentado, bien plantado), cercano a la ciudad de
Silves. Antigua capital comarcal, la ciudad creció al albergue de un
hermoso castillo, bien conservado en la actualidad, donde se libraron
sus buenas batallas años ha. Por aquí también pasaron pueblos
distintos, desde los fenicios, los romanos, los árabes, etc. Cada
uno dejó su impronta, y mucha de ella aún se conserva.
Con Jaap,Reneé y Mariona, otra wwofer, de cañas. |
Suelo bajar a la
ciudad los fines de semana (domingo, que el sábado es también día
de trabajo), a hacerme un café con leche matinal con pan con
mantequilla ( Um Galáo com leite quente, y una torrada, si faz
favore”), y dar una vuelta por las callejuelas empedradas, que se
van empinando hacia el castillo, en la cima de una colina.
Hace unos dias
fuimos a un lugar llamado Algoz, donde se realizaba un mercado de
agricultores, con animales, plantas, verduras y demás cosas,
diferente de los típicos mercadillos semanales en cualquier ciudad,
y que extiende por una explanada cercana a la ciudad. En esencia no
se diferencia
mucho del tipo de
venta, salvo que puedes salir arrastrando unos cuantos árboles o
animales bajo el brazo.
REENCUENTROS
Había quedado con
mis amigos de Campología, el sitio de las plantas exóticas, en
vernos allí. Finalmente, salimos tarde, no nos encontramos con
todos, pero quedó Inés, una wwoofer y compañera de aventuras y
guitarra, con la que nos fuimos a hacer unos cafés en un improvisado
chiringuito entre la hierba. También vino Mariona, la nueva
voluntaria en casa de Jaap y Reneé, y charlamos finalmente en
español, mechado con un poquito de francés y portugués. Diogo y el
resto se habían vuelto ya, porque había que trabajar, pero Inés
(que es navegante, o marinera), venía de trabajar varias semanas en
reparar un barco con el que se van para Francia en unos días, y se
tomó el día de descanso. Viaje va y viaje viene, Inés parte en su
bici y parte en motocarro, dejé a Mariona en Silves y nos fuimos
los tres a comer por allí y pasar la tarde poniéndonos al día.
Luego la cosa se estropeó, nos perdimos y no encontramos a Inés que
se volvió en bus Maihiloneira Grande, y tengo que devolverle la bici
que viaja en el motocarro sobre mi colchón.
Batallitas. Pero
dará ocasión para un nuevo encuentro cuando siga hacia el norte.
Me iré en unos
días, una semana a casa de un amigo de la pareja, Francisco, un
holandés que además de colaboración quiere refrescar su español
para un viaje a Nicaragua y Panamá, muy próximo. El sitio está a
poco más de dos o tres kilómetros, una verdadera mansión sobre una
loma, donde haré un poco de jardinero y un poco de profe de español.
Especialmente para Francisco, que se irá próximamente. Un
paréntesis más en este viaje, que no deja de asombrarme por las
novedades que e van presentando.
Luego, retorno a la
región central de Portugal, zona de Alentejo, donde el planteamiento
es colaborar en la bio construcción de una vivienda, entre otras
cosas.
Pero eso será tema
de otra historia…..o no.