lunes, 16 de noviembre de 2015

ENORME INCENDIO EN LA TORRE

Así ardía el tejado y la tercera planta de la masía
La Masía de Torre de los Frailes, el sitio donde me encuentro como voluntario, es desde hace más de 10 años un proyecto que un grupo de jóvenes intentaba poner en marcha, luego de cuarenta años de letargo e inactividad en esta vivienda. El edificio y los prados colindantes pertenecen al Ayuntamiento de Nogueruelas, y fue fruto de una cesión más o menos obligada mucho tiempo atrás de la Iglesia, su  antigua propietaria. En ella habitaron frailes que ejercían su función en la región, y de allí tomó el nombre, que hoy en día se ha ido acortando  por el de “La Torre”, un centro social donde además de su condición de granja ecológica, productora de frutas y hortalizas que son dignas de conocerse ..y saborearse, llevan a cabo distintas opciones con grupos que requieren su estancia allí para talleres, conferencias, charlas, retiros, etc.
El año 2008 fue funesto para la vieja masía de 300 años de antigüedad. Los miembros del grupo, que en ese momento debatían la posibilidad de abrir una gran sala comunitaria y dos o tres habitaciones para nuevos pobladores, vieron como una columna de humo, negra y espesa, bajaba por la escalera que comunicaba sus tres plantas. No solamente eso, sino que cuando salieron a observar el origen de la humareda, se encontraron con que una larga lengua de fuego jugueteaba en la cumbre del tejado.
Era la noche del 30 de marzo de 2008, cuando la historia, el proyecto, la habitabilidad y la continuidad del edificio se vieron realmente amenazados.

EL INCENDIO

Se trabajó toda esa noche y parte del día siguiente en la extinción del incendio. Afectó a dos de las tres plantas del edificio, y las consecuencias se sintieron en toda la masía. A las seis de la tarde, un grupo cansado, ahumado, hambriento, tiznado y alicaído se reunió en el exterior del edificio, sintiendo en su cuerpo y en su ánimo una serie de conflictos :miedo, ansiedad, extenuación, desgana e impotencia...pero por sobre todo: determinación.
Reunión a las siete de la tarde del día siguiente, para hablar
de la posible reconstrucción de la vivienda
No dejarían que su proyecto se viese truncado por ese incendio. Valoraron los daños, cuantiosos económicamente e imposibles de realizarlos por sí mismo, pero con colaboración y ayudas comenzaron las tareas de desescombro, que les llevó una semana a dos o tres cuadrillas que se turnaban en la limpieza y adecentamiento del lugar. Se había perdido todo el tejado, la causa aún era incierta, (aunque todo apuntaba a un sobrecalentamiento de una caldera, una suciedad en la chimenea o más probablemente la cercanía de ciertas tuberías a materia inflamable), y quitar todo lo perdido era una tarea voluminosa.
Se pusieron a la tarea, en el abril más lluvioso desde hacía 30 años. Y llegó mayo, y se fue, y seguían trabajando. Desmontaban los restos del alero, serraban las vigas de madera, lanzaban escombro por las ventanas , intentaban reutilizar la escalera. Aún hoy quedan vestigios y restos de la deflagración habida entonces, como un aviso a sus ocupantes. La escalera muestra escalones quemados, algunas vigas dejan caer alguna vez un poco de hollín y carbón de antiguas heridas, y al fregar el suelo puedes notar piedras quemadas que soportaron muchos grados de calor aquella noche.

SEIS AÑOS DESPUES



Cambiaron muchas cosas desde que se comenzó la reconstrucción de la antigua masía. El grupo inicial se disolvió, algunos se fueron y llegaron otros nuevos, y poco a poco fue tomando cuerpo la realidad que es hoy en día Masía La Torre, centro social.
Al principio se hizo el trabajo un poco de aquella manera, con algunos desconocimientos técnicos que luego obligaron a cambiar el enfoque y retomar trabajos que se creían terminados. Pero es cuando existe voluntad y perseverancia cuando finalmente se llega a concluir una faena de este tipo. No obstante, hoy en día hay una edificación que luce con orgullo sus heridas de aquella noche del 2008, y que dispone de un enorme salón con suelo de madera y vigas vistas, luz a raudales, y nuevas instalaciones como baño múltiple, habitaciones, calefacción, luz eléctrica procedente de paneles solares ubicados en el camping adyacente (que también gestiona La Torre), agua abundante que en ocasiones debió auxiliarse con agua procedente de fuentes cercanas, (durante una sequía prolongada hace años) como la Fuente de la Cava, o la del merendero municipal, la fuente de la Caridad, ubicado a un centenar de metros y muy visitada los días 3 de mayo de cada año.
Ese día, la gente visita la ermita de Santa Bárbara, festejando el día de su patrona, y luego se desplazan hasta la falda del cerro de 1300 metros, hasta la fuente de la Caridad, donde se hacen una suculenta merendola, como es habitual por esta zona.

HOY EN DIA

Bien, quizás es que la masía está santificada
Subsanados hace mucho tiempo los inconvenientes del incendio, La Torre centro social es hoy en día un referente obligado en Nogueruelas y su región, por las diferentes actividades que realizan en ella, así como por la participación en otras ideas locales que suelen atraer a un interesante número de visitantes extras. Hace un par de semanas, ocho buscadores de setas , luego un grupo de solucionadores de conflictos, anteriormente unos amigos que buscaban paz y tranquilidad, y así va el mundo.
Abandono en pocos días este que además de un lugar de colaboración en mi actividad de “wwoofer viajero”, ha representado para mí un sitio inmejorable para poder conocer de refilón una de las provincias más olvidadas  o desconocidas de España ; Teruel.
Y eso que aquí nació o vivió Ramón Arcusa , el rubito en su tiempo del famoso Dúo Dinámico, y junto a la placa que conmemora la distinción, sigue en pie la casa de sus padres. O que se encuentra junto a Rubielos de Mora, que no es Mora de Rubielos, aunque esté uno pegado al otro (12 kms.), o que por el camino que asciende a La Torre pasó en su tiempo, mil años atrás, Babieca, uno de los caballos más famosos de la historia, y su caballero, aún más famoso: El Cid Campeador. O que su trufa negra sea tanto o más famosa que sus “rovellons”, “rebollón”, “Esclata sang”, o como quiera que se llame ese tipo de champiñón. Que por cierto hoy mismo comienza la recolección de esta excrecencia enterrada, que produce en la región varias toneladas de este tubérculo tan codiciado.O “cómo es que en un pequeño pueblo de 300 habitantes se encuentre instalada  una enorme cúpula con telescopio al uso para mirar el magnífico espectáculo de las estrellas en un cielo diáfano”. Muchas variables en un pequeño lugar…

Pero esto sin duda será material extra para otro tipo de historias..o no.



1 comentario:

  1. ¡¡Que buena nota gracias Ricardo Basabe, me encantó, Dios te bendiga amigo querido!!. Desde Argentina: Nora Orfelia Carreño

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