miércoles, 23 de marzo de 2016

De Murcia a Almería




Hace pocos días abandoné Ojós, en Murcia, donde me encontraba un poco como en casa después de unos dos meses pasados con Natalia, Demba y la peke Hawa, en la granja “La Era de Oxox”, ubicada a unos 800 metros del pequeño pueblo de Ojós, a no más de 50 kilómetros de la capital murciana.

Cargando capazos desde la huerta a casa
He pasado un excelente tiempo de estancia con esa familia, con ese trabajo y con un exquisito lugar, ubicado en el Valle del Ricote, que aúna a unos cinco o seis pueblos de la comarca, flanqueados por el río Segura a su paso por el lugar, donde aún funciona alguna noria de aquellas que utilizaban una suerte de cubos para extraer agua y regar los campos que luego darían lugar a la llamada “huerta murciana”, como parte de la también llamada “granja de Europa”.

Cocineros. Con Adrián,wwoofer holandés
Lugar exuberante en medio de un territorio semi desértico, la granja de la que hablo se halla situada en un enclave privilegiado, junto a una presa denominada “Azud de Ojós”, que permite alimentar riego mediante acequias para las granjas vecinas, además de contar con una pequeña central hidroeléctrica. Flanqueada por montañas separadas por no más de un par de centenares de metros, protegida de los vientos, excepto del que provenía de la zona de la presa, donde se cortó una montaña para atravesarla con una carretera, y que parece una ventana abierta cuando sopla el viento desde ese punto cardinal. Ese era el sitio donde estaría después de Teruel y Alicante.

Debo comentar lo sorprendido que quedé al ver el ímprobo trabajo realizado por Demba, capaz de laborar casi sin descanso del amanecer al ocaso...y más allá en muchas oportunidades. Por supuesto que mi aportación en ese sentido era mínima, aunque debo decir que en ocasiones me esforzaba más allá de los horarios establecidos como voluntario, porque la colaboración es fundamental en este tipo de trabajos del campo, donde de por sí es pesado, cansino y muchas veces dan ganas de parar, plantearse realmente la necesidad de hacerlo dentro de unos horarios, o dejarlo para mañana.

Pero no hay tiempo, y sigues haciendo tu trabajo




. Reconoces así la tarea silenciosa del campesino, que para poder sacar adelante su finca, se debe esforzar día sí y día también, sin importar mucho el tiempo, el día de la semana o la cuestión social, que suele resquebrajarse al no disponer del tiempo que se quisiera para un encuentro con amigos, una copa o una comida juntos. Sí que las hay de vez en cuando, no es tan continua la cosa, pero el trabajo rural tiene ciertas limitaciones.

Patata!!!.Con Kathie,Demba,Hawa y Natalia
Natalia se encarga principalmente de las cuentas, de los pedidos, de las llamadas telefónicas, de los contactos. También de la casa, de la niña y las mil y una pequeñas tareas que realizan las mujeres silenciosamente...o no...pero de manera continuada, olvidando asimismo fines de semana, fiestas, o muchos encuentros sociales. Natalia también lleva otro tipo de actividades relacionadas con el Medio Ambiente, además de su tarea como presidenta de los regantes de la localidad.

Total, que no hay mucho tiempo para el “dolce far niente”, aunque ellos lo van buscando de manera activa, para que la tarea de llevar una finca horto frutícola como “La Era” siga delante con alegría.

El lugar, la gente y las circunstancias me gustaron, y me quedé algo más de lo planeado.


¿VIAJE POR EUROPA ?


De todas maneras, debo decir que mi actitud ante la idea primaria de un viaje por Europa, se va desdibujando, va perdiendo los firmes contornos con que salí aquel 22 de abril del puerto palmesano.
Dentro de un mes, aproximadamente, hará un año que con sus mas y sus menos, sus paradas obligatorias o deseadas , me voy deslizando rumbo al sur, para poder entrar a Portugal cuando llegue el momento, subir por el estrecho país y volver a entrar por Galicia, recorrer el norte y entrar luego a Francia, Italia y demás países.

El viaje estaba previsto hacerlo en uno o dos años, con un total estimado de 15 a 16,000 kilómetros de recorrido total. Al cumplir los 11 meses de trayecto, recién acabo de entrar, hace unos dos o tres días, a la zona de Andalucía, y tengo unas cuantas provincias por recorrer si puedo hacerlo. No tengo idea de los kilómetros recorridos, serán unos dos mil, dos mil quinientos, pero veo que se va alargando la cosa como masa de chicle.

El caso es que estoy disfrutando, que es el quid principal en este tipo de aventuras. La gente con la que me he topado es amable, generosa y alegre, lo cual da pábulo a que vayas demorando la partida. Y cuando llega el momento, te invade una cierta tristeza, un pequeño desgarrón del alma porque dejas a muchas personas con las que te gustaría compartir aún más tiempo...pero es lo que tiene el viajar.

DE MURCIA A ANDALUCÍA

De modo y manera que una mañana, con buen tiempo y las velas desplegadas (teóricamente), nos dimos el hasta ahora último abrazo con los tres de La Era, y llevando también en el recuerdo a las tres jovencitas “woofies” con las cuales compartí tiempo y alegrías, Megan, Karena y luego Kathie, dos de Florida y la última de Carolina del Norte.
Vista parcial de Aloe Vera, el cortijo actual
Las dos primeras andan por las Australias, y Kathie por Francia, al igual que con otros voluntarios nos seguimos carteando o “washapeando”.Y de Adrián, un holandés errante que se reencontró en España con Angie, su esposa, y se fueron juntos a recorrer caminos en el segundo o tercer viaje de bodas.

Salí por carreteras secundarias y la eterna ruta que atraviesa el sur español y que me voy encontrando de vez en cuando, pasé por Lorca, me quedé a esperar un terremoto, pero no llegó. Quizás afortunadamente, o eso pensarán los lorquinos, que hace cinco años vieron devastada parte de su ciudad con un temblor que superó los seis grados. Pero dio la casualidad que estaba tomando algo en un bar y alguien informaba en una televisión sobre el epicentro de un temblor casi en medio del Mediterráneo, con repercusiones en Marruecos, ocurrido poco antes ese mismo día, y pensé..¿porqué no?, si la falla continúa en el mismo sitio, quizás tenga la oportunidad de vivir ese sobresalto que te atrapa cuando se te mueve el piso...pero a la vez te dispara la adrenalina a tope.
Comiditas en los hornos solares
No pasó nada, de modo que seguí hasta el lugar donde realizaría mi nueva tarea como voluntario.
Está situado a unos cinco kilómetros de Huercal-Overa, capital departamental un poco al norte de la provincia de Almería. 
Siguiendo indicaciones, yendo y viniendo, preguntando y demás, me topo de repente con el cartel que indica :”Casa Rural Aloe Vera”
.
He llegado…

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