Dejé atrás Alamajalejo, una pequeña población de unos 300 habitantes, y me interné en una ruta provincial, camino de Taberno. A poco más de 500 metros, la entrada , bien señalizada, indicaba mi lugar de destino.
Veía lo lejos un conjunto población de más de una vivienda, con árboles, jardines, mucho blanco y azul, extrañas construcciones que resultaron barandillas, y una pendiente pronunciada que se perdía en un cúmulo de barrancos.
Aparqué a la entrada y me fui a por recepción.. No alcancé a llegar...
Una señora menuda,
toda sonrisas, se abalanzó a abrazarme dándome la bienvenida. Era
Lola, la propietaria del lugar, mi anfitriona durante el tiempo que
dure mi estancia en su casa.
Conocí a su hija
Candela, a María, una señora que ayuda en la casa (las casas,
debiera decir), luego a los padres de Lola, que viven el Almajalejo,
y a otros personajes que se acercaron por allí, que de vez en cuando
hacen faena en el cortijo.
Edificada en su
momento en la ladera de un barranco, antaño sembrado de granos
diversos, olivares y plantación frutícola, tiene distintos niveles
con terrazas, jardines, huerto, olivares y una curiosa colección de
barandillas que había llamado mucho mi atención por fotografías.
Vista desde el huerto,con escaleras y Casa de la Abuela |
nuevamente.
LOS OLIVARES Y DEMAS
Luego está aquello
de regar los olivares. No hay que olvidarse que Almería es
posiblemente la provincia española más desértica (semi desértica,
que diría el ex decano de Murcia), donde el promedio anual de
lluvias no pasa de unos 250 milímetros al año. Y si es verdad lo de
los aviones que esparcen bario, yoduro de plata y otros componentes
similares para evitar granizo o lluvias demasiado abundantes en sus
plantaciones, puede que llueva menos de lo que debiera.
El caso es que este
cortijo comienza en una zona plana, y va descendiendo por bancales
escalonados, terrazas de varios propietarios que se entremezclan, se
juntan, se dispersan, y no hay manera de saber de quién es
propiedad, a menos que seas uno de esos propietarios.
El caso es que Lola tiene una “finca” como ella llama a las terrazas aquí, otra allá, y el resto acullá.
Y subes y bajas
lomas, persigues tuberías oscuras que parecen serpientes
kilométricas, resbalas en el empedrado natural, y llegas finalmente
a la parcela que toca regar. El agua suele ser la procedente de la
depuradora, que reutiliza las aguas para regadío. Porque olivo que
no se riega es árbol muerto.
De modo que hay que
ir reparando los agujeros que rodean al árbol, taludes que permiten
contener el líquido elemento junto al tronco, en círculos que se
van ampliando a medida que el árbol crece.
Cada uno recibe su
cuota de agua cada diez o quince días, al parecer, y entretanto te
vas entreteniendo con un libro, una radio, la reparación y
acondicionamiento de los agujeros, y así vas pasando la mañana.
Hasta que se acaba el agua, y si es necesario, se conecta un poco a
la tubería principal que provee al cortijo, si los olivos pasan sed.
Lo mismo pasa con otros frutales, como naranjos, unos pocos manzanos
y perales, el huerto, las plantas que conforman los jardines, en fin,
a todo lo verde un poco de agua. El otro día llovió, de noche y
porque llovía en toda España, pero no es lo normal. Lo normal es
una sequía que va mermando lo verde, y que va implantando el régimen
semi desértico que conforma la provincia.
Se dice, se comenta, se establece, que parte de la culpa de la sequía pertinaz de la provincia, es algo que está ocurriendo en muchas provincias españolas (y también en otras zonas del mundo, según pude investigar). Se llaman avionetas, son las normales de un motor, aunque se las conoce por "aviones destruye tormentas", y salen con sus productos de bario, yoduro de plata y afines, a "regar" las nubes para evitar que caiga granizo, o se provoque una "gota fría", mucha agua en poco tiempo, que arruina cosechas.
Lo cierto es que está documentado, el gobierno autoriza esos vuelos por un año renovable, y mientras algunos protegen así la cosecha, la nube se va disolviendo o llueve de manera mínima.Una nube normal tiene una medida aproximada a los 20 kilómetros de largo, diez de ancho y diez de alto. Es decir, suele ser mayor que una parcela plantada con frutales amenazados. Pero se disuelve toda, y el entorno, que podría recibir una lluvia bienhechora, se queda con las ganas. Los pequeños agricultores, las fuerzas vivas, los alcaldes, llevan años denunciando esa práctica, pero todo sigue igual.
El caso es que aquí es una zona donde o se riega el árbol, o el árbol termina secándose. La tierra es caliza, prieta, un poco salada, y la napa freática se encuentra a bastante profundida, de modo que los árboles deben enraizar mucho para sobrevivir de la humedad del terreno. Aún así, tengo pendiente una visita a un olivo milenario que está en las inmediaciones.
Pero aún así y todo, las plantaciones jóvenes deben regarse, y eso se hace en la Casa Rural "Alóe Vera"..
Se dice, se comenta, se establece, que parte de la culpa de la sequía pertinaz de la provincia, es algo que está ocurriendo en muchas provincias españolas (y también en otras zonas del mundo, según pude investigar). Se llaman avionetas, son las normales de un motor, aunque se las conoce por "aviones destruye tormentas", y salen con sus productos de bario, yoduro de plata y afines, a "regar" las nubes para evitar que caiga granizo, o se provoque una "gota fría", mucha agua en poco tiempo, que arruina cosechas.
Resolución municipal sobre los aviones Vista parcial con los infaltables higos chumbos |
El caso es que aquí es una zona donde o se riega el árbol, o el árbol termina secándose. La tierra es caliza, prieta, un poco salada, y la napa freática se encuentra a bastante profundida, de modo que los árboles deben enraizar mucho para sobrevivir de la humedad del terreno. Aún así, tengo pendiente una visita a un olivo milenario que está en las inmediaciones.
Pero aún así y todo, las plantaciones jóvenes deben regarse, y eso se hace en la Casa Rural "Alóe Vera"..
Aquí me he hecho
cargo del huerto, preparando esos bancales profundos y plantando
hortalizas, y luego las mil tareas que conforman el quehacer diario.
Pintar, escardar, quitar malezas, plantar, Que nunca falta trabajo, vamos.
Estaré aquí hasta
finales de mes, y probablemente vaya luego a Granada..
Pero eso será parte de otra historia...o no
Pero eso será parte de otra historia...o no
Hola, Ricardo.
ResponderEliminar¿Cómo puedo contactar contigo? Me habló de tu viaje Amador González y me ha parecido muy interesante lo que haces: un gran viaje sin salir de España, por ahora. Enrhorabuena. Un saludo, Pablo. hola@ungranviaje.org