Bien...hora de
emprender la marcha….
Se terminan mis días
en Horta de Zé, cerca de Valle de Guizo (Alcacer de Sal, Portugal),
un sitio más que maravilloso, una “heredade” auténtica donde
las haya, y donde me he quedado con ganas de más….
Trabajando en un huerto comestible en Sant André |
Pero es elgo que me
viene sucediendo en casi todas las granjas y sitios ecológicos donde
he prestado el voluntariado como “wwoofer”. Que cuando ya estás
instalado, conoces la gente, los lugares, los proyectos, participas
en alguno de ellos, llega el momento de la partida.
Parte de un a fuente "waterflow" que dejo en Alcacer |
Es lo que tiene
hacer un viaje en estas condiciones. Estás un tiempo determinado,
que a veces se puede alargar y otras no, dependiendo de lo que puedas
ayudar a hacer. No bastan 15 días, no basta un mes, no bastan
dos...siempre aparecen otras cosas en las cuales te gustaría
participar, colaborar, sentir esa parte de tu vida que es ser
voluntario, pero también es vital para tí.
….y entonces miras
el calendario, hay otro sitio que te espera, y te despides de
personas que querrías conocer más, con los cuales quieres seguir
compartiendo cosas...pero el ciclo se cierra.
Y vuelta a empezar.
Esto tiene otra vertiente, que es la novedad, el aprendizaje, un
nuevo espacio en tu vida, una nueva oportunidad para ayudar con tu
granito de arena a que no se destruya tanto nuestro planeta, a que el
verde retoñe, a que se prive a la atmósfera de más elementos
peligrosos que las grandes compañías siguen insistiendo en
fabricar, obligar a usar, mentirnos con propaganda que no es real,
darle la vuelta a la tortilla y hacer parecer maravilloso lo que no
es.
Pero es necesario
aportar...aunque no sea más que un pequeñísimo aporte, una ínfima
ayuda...pero así se van sumando los granos de arena hasta formar una
playa.
PARENTESIS Y VUELTA
AL TAJO
Alcacer de Sal, y el río Sado |
Ahora se abre un
paréntesis con el tema de las fiestas de fin de año. Obligadas, te
guste o no, están allí… y te sumas más o menos al carro del
oropel, de las comidas, de los regalos, del miedo a la balanza, de
las resacas y de los excesos que se pagan en enero...y quizás más
allá…
De modo que me sumo
a estas fiestas, intentaré controlar todo lo que sea posible de
controlar, y me doblegaré ante lo que no .
Sé que después de
Reyes, con un poco de suerte, estaré nuevamente cavando, plantando,
limpiando hierbas o esparciendo estiércol en algún campo. Ahora
estoy en Portugal, pero es igual si uno quiere hacer algo para
mejorar nuestra Tierra. Siempre habrá un lugar cercano que necesita
perentoriamente que le echen una mano, que rieguen, planten o
sustituyan árboles y plantas que no enraizaron o terminaron su ciclo
vital. Las nuevas colaborarán con mejorar el aire, detener o menguar
la desertización, arraigar para exhalar oxígeno, mejorar, sostener
o impulsar un clima más limpio. Junto con ello, también será bueno
cuidar el reciclaje, obligar a los fabricantes a no utilizar tantas
cosas desechables, evitar el plástico no degradable, convencer a los
próximos a hacer algo similar.
Estas son tareas que
vengo intentando, y que quiero proseguir, mientras el cuerpo aguante.
De momento, me voy
para el sur, a intentar pasar el invierno. Ya he recibido las
primeras heladas, la escarcha en el agua, las nieblas, los rocíos
matinales que te obligan a andar empapado hasta el mediodía, en que
el sol te va secando.
Pero cada uno elige
las vivencias que quiere, y aunque muchas veces se estaría mejor en
una cama calentita, junto al fuego, haciendo nada...llega el momento
de levantarse, tomarse un buen café con leche para espabilarse un
poco...y al tajo.
SAN TEOTONIO
Estuario del rió Sado (salado) desde el castillo |
Allí voy en los
primeros días de enero. Una pequeña población ubicada en el sur
portugués. Una granja de 5 hectáreas, unos propietarios creo que
alemanes, con los cuales nos entenderemos en inglés, en “portuñol”
o en lo que sea. Al fin y al cabo, solamente cuentan las
intenciones..el que sea una granja o un sitio que cuide la ecología
y el medio ambiente, y donde tú puedas aportar eso..un pequeño
grano de arena que sumará a los otros ya esparcidos
Que irá
incrementándose, mientras haya personas que piensen en el bien del
planeta.
De modo que volveré
a mi motocarro, me haré los casi 200 kilómetros que me separan de
Wolfgang y familia, y veré qué nuevas depara el nuevo año…
Pero esto será
materia de otra historia...o no.
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