domingo, 22 de noviembre de 2015

SALIENDO DE TERUEL

Una de las últimas colaboraciones :Pintura en el cartel del camping


El momento ha llegado, y se termina la estancia en Nogueruelas. De modo que apuro los últimos días con Txus, Tamara, José y el pequeñito Oriol, así como la gente que he venido conociendo en este mes y medio que estuve por La Torre.
Aprovecho para reafirmar amistades, durante las salidas a las fiestas locales, por la noche a ver algún partido de fútbol en los bares, perdiéndome en el monte y dándome así a conocer como el tonto del día que salió para el otro lado y lo pilló la noche caminando por una pista forestal de tierra. Hay gente muy interesante, gente que me ha impresionado, de la cual me despido con tristeza, con ganas de proseguir el contacto.
Pero así es la historia de un viaje. Se llega cuando se llega ,conoces el entorno, y cuando estás trabando conocimiento con nuevos amigos, te tienes que ir.
Me voy comenzando la temporada trufera
Pretendo hacer asimismo una operación salida a la francesa, para evitar los últimos minutos de despedida, ya que eso no se me da muy bien. Elijo un martes por la mañana, temprano. Aún llevo los ecos de la juerga que nos mandamos el domingo. Comilona por todo lo alto, una “torrada” con corderito tipo ternasco, chorizos, panceta, pimientos con huevo, ensaladas y resto de cosas ricas que acompañaron a la reunión. Unos 15, aproximadamente, un día de solazo y tranquilidad, y sobremesa larga como corresponde.
Adiós, adiós, mucha suerte, y para ti también.
Recorro lugares como el camping, acompañado un rato por “Pequeño” , el perro de casa, que está un poco en capilla, porque se escapó al monte días pasados, y está sujeto a su cadena. Comienza a disfrutar de la caseta que le montamos, aunque le resulta extraña. Subo a la ermita de Santa Bárbara, a unos 1400 metros de altura, para ver el inmenso panorama que desde allí se ofrece. Paseo con uno de los dos gatos que suele acompañarme. El otro, el de Cristina, un persa de varios años, se mantiene receloso aunque le gusta que le acaricien detrás de la oreja. Su compañero, "gato" (no creo que tenga nombre, o al menos no lo sé), se apresura dos o tres paso adelante y se acuesta, para que lo acaricies, y luego pega la vuelta, para  que le rasque el otro lado.
Bajo caminando hasta el pueblo para ver con Txus un partido de fútbol de alguien contra alguien. Lo que importa es la tertulia, las cervecitas compartidas, el rato de charla, un buen instante.

LA SALIDA

Esa mañana, bajo cargado  con parte de mis cosas después de acomodar un poco mi habitación. Lo trato de hacer en silencio para que no se despierten.
Craso error !!
Tamara está en la cocina:
-Te estoy preparando un café - detalle añadido que agradezco sobremanera.
 El sonotone o como se llame, un walkie talkie conectado con su habitación, vigila el sueño de Oriol. Txus ya andaba por el huerto preparándome una caja enorme de hortalizas y verduras para que las disfrute con mi hija en Alicante, (cosa que por otro lado estamos haciendo con mucho placer),.
Adiós, adiós y buena suerte !
De modo que la sorpresa fue mía. Me despido con tristeza de los tres (José se había ido más temprano), lagrimones, garganta prieta y adiós adiós, gracias por todo.
Pero el ánimo con la carretera se va templando, de modo que avanzo ligero y presuroso, haciendo primero un alto en El Salero, el bar más concurrido, donde Oscar ya está atendiendo a la parroquia. Saludos, cortado y sigo viaje. Próxima parada prevista en la Venta del Aire, desde donde comienza realmente la carretera que he elegido. Desde allí a Jérica, porque quedando de paso, quiero sorprender a Laura, cuñada de José y esposa de Ramón, que trabaja en una entidad bancaria desde hace un par de días. Se trasladó desde otra sucursal más lejana, y tuve la fortuna de que me llevara en un viaje anterior, a solucionar problemas de papeles en la provincia de Castellón.
De modo que sí la sorprendí, cuando salía de la panadería con su merienda, me despedí y continué viaje, por la misma carretera que mil años antes transitó el Cid Campeador.
Me sentía un poco Cid, con mi Babieca particular ronroneando en el asfalto. Pero creo que él tenía otros planes. Momento crucial, el de entrar en la autovía, para pillar un cruce.
Prrrrrrrrrr!!!!!! El motocarro se encalla como la primera vez que se gripó. Como entonces, en medio de la carretera. Aún más: ahora en la autovía. Pega un frenazo y clava las ruedas traseras en el asfalto. Avisado por la vez anterior, lo pongo en punto muerto y sigo andando para poder salir del tráfico.

LA FORTUNA TE SONRÍE



Pero no obstante, el pequeño eligió un excelente momento para avisarme que estaba  demasiado caliente. Era una cuesta muy pronunciada donde le estaba dando mucha caña, de modo que alcancé a llegar a la cima. Me esperaba un largo descenso. Fui a unos 50 kms. por hora bajando como dos kilómetros o más. Nervios a flor de piel y aviso a los demás conductores. Me ciño al arcén, como toca. El motocarro se iba quedando y yo mirando desesperado  los carteles indicadores. Uno de ellos me dio una alegría, ya que indicaba  que a 300 metros había una  salida. Llegué justo  justo para salir  de la autovía y poder aparcar en  un pequeño descampado junto al camino, al lado de una rotonda.
Paciencia. Tendría que esperar a que se enfriara. Y luego ver si funcionaba.
Pasando junto a un parque eólico 
Me preparé un pequeño tentempié. Miré el paisaje, me escondí a hacer aguas menores entre las plantas junto a un cauce seco, encendí la radio, comprobé el nivel del aceite, hice todo para poder quedarme quieto en medio de un lugar no deseado, hasta que se enfrió el motor.
Con sumo cuidado lo puse en marcha. Le costó un poquito arrancar, me subí y puse primera .Prueba de fuego para el porvenir.
Arrancó tranquilo y ronroneando, de modo que seguí viaje. Avisé que haría paradas varias y diversas a lo largo del camino restante, hasta que al atardecer, llegaba a Alicante sin mayores inconvenientes. Respondió muy bien, al parecer el motocarro solamente estaba un poco cabreado porque le dí mucha caña, pero luego, “poc a poc”, cumplió como un campeón.
Ello me indicó que debía prolongar el viaje, y se alejaron un poco los negros nubarrones que podrían poner en peligro una continuidad del mismo. Sin mi compañero, una parte grande de la ilusión se esfumaría.

Hoy no es así, y la idea primigenia permanece…aunque eso puede ser otra historia….o no.



lunes, 16 de noviembre de 2015

ENORME INCENDIO EN LA TORRE

Así ardía el tejado y la tercera planta de la masía
La Masía de Torre de los Frailes, el sitio donde me encuentro como voluntario, es desde hace más de 10 años un proyecto que un grupo de jóvenes intentaba poner en marcha, luego de cuarenta años de letargo e inactividad en esta vivienda. El edificio y los prados colindantes pertenecen al Ayuntamiento de Nogueruelas, y fue fruto de una cesión más o menos obligada mucho tiempo atrás de la Iglesia, su  antigua propietaria. En ella habitaron frailes que ejercían su función en la región, y de allí tomó el nombre, que hoy en día se ha ido acortando  por el de “La Torre”, un centro social donde además de su condición de granja ecológica, productora de frutas y hortalizas que son dignas de conocerse ..y saborearse, llevan a cabo distintas opciones con grupos que requieren su estancia allí para talleres, conferencias, charlas, retiros, etc.
El año 2008 fue funesto para la vieja masía de 300 años de antigüedad. Los miembros del grupo, que en ese momento debatían la posibilidad de abrir una gran sala comunitaria y dos o tres habitaciones para nuevos pobladores, vieron como una columna de humo, negra y espesa, bajaba por la escalera que comunicaba sus tres plantas. No solamente eso, sino que cuando salieron a observar el origen de la humareda, se encontraron con que una larga lengua de fuego jugueteaba en la cumbre del tejado.
Era la noche del 30 de marzo de 2008, cuando la historia, el proyecto, la habitabilidad y la continuidad del edificio se vieron realmente amenazados.

EL INCENDIO

Se trabajó toda esa noche y parte del día siguiente en la extinción del incendio. Afectó a dos de las tres plantas del edificio, y las consecuencias se sintieron en toda la masía. A las seis de la tarde, un grupo cansado, ahumado, hambriento, tiznado y alicaído se reunió en el exterior del edificio, sintiendo en su cuerpo y en su ánimo una serie de conflictos :miedo, ansiedad, extenuación, desgana e impotencia...pero por sobre todo: determinación.
Reunión a las siete de la tarde del día siguiente, para hablar
de la posible reconstrucción de la vivienda
No dejarían que su proyecto se viese truncado por ese incendio. Valoraron los daños, cuantiosos económicamente e imposibles de realizarlos por sí mismo, pero con colaboración y ayudas comenzaron las tareas de desescombro, que les llevó una semana a dos o tres cuadrillas que se turnaban en la limpieza y adecentamiento del lugar. Se había perdido todo el tejado, la causa aún era incierta, (aunque todo apuntaba a un sobrecalentamiento de una caldera, una suciedad en la chimenea o más probablemente la cercanía de ciertas tuberías a materia inflamable), y quitar todo lo perdido era una tarea voluminosa.
Se pusieron a la tarea, en el abril más lluvioso desde hacía 30 años. Y llegó mayo, y se fue, y seguían trabajando. Desmontaban los restos del alero, serraban las vigas de madera, lanzaban escombro por las ventanas , intentaban reutilizar la escalera. Aún hoy quedan vestigios y restos de la deflagración habida entonces, como un aviso a sus ocupantes. La escalera muestra escalones quemados, algunas vigas dejan caer alguna vez un poco de hollín y carbón de antiguas heridas, y al fregar el suelo puedes notar piedras quemadas que soportaron muchos grados de calor aquella noche.

SEIS AÑOS DESPUES



Cambiaron muchas cosas desde que se comenzó la reconstrucción de la antigua masía. El grupo inicial se disolvió, algunos se fueron y llegaron otros nuevos, y poco a poco fue tomando cuerpo la realidad que es hoy en día Masía La Torre, centro social.
Al principio se hizo el trabajo un poco de aquella manera, con algunos desconocimientos técnicos que luego obligaron a cambiar el enfoque y retomar trabajos que se creían terminados. Pero es cuando existe voluntad y perseverancia cuando finalmente se llega a concluir una faena de este tipo. No obstante, hoy en día hay una edificación que luce con orgullo sus heridas de aquella noche del 2008, y que dispone de un enorme salón con suelo de madera y vigas vistas, luz a raudales, y nuevas instalaciones como baño múltiple, habitaciones, calefacción, luz eléctrica procedente de paneles solares ubicados en el camping adyacente (que también gestiona La Torre), agua abundante que en ocasiones debió auxiliarse con agua procedente de fuentes cercanas, (durante una sequía prolongada hace años) como la Fuente de la Cava, o la del merendero municipal, la fuente de la Caridad, ubicado a un centenar de metros y muy visitada los días 3 de mayo de cada año.
Ese día, la gente visita la ermita de Santa Bárbara, festejando el día de su patrona, y luego se desplazan hasta la falda del cerro de 1300 metros, hasta la fuente de la Caridad, donde se hacen una suculenta merendola, como es habitual por esta zona.

HOY EN DIA

Bien, quizás es que la masía está santificada
Subsanados hace mucho tiempo los inconvenientes del incendio, La Torre centro social es hoy en día un referente obligado en Nogueruelas y su región, por las diferentes actividades que realizan en ella, así como por la participación en otras ideas locales que suelen atraer a un interesante número de visitantes extras. Hace un par de semanas, ocho buscadores de setas , luego un grupo de solucionadores de conflictos, anteriormente unos amigos que buscaban paz y tranquilidad, y así va el mundo.
Abandono en pocos días este que además de un lugar de colaboración en mi actividad de “wwoofer viajero”, ha representado para mí un sitio inmejorable para poder conocer de refilón una de las provincias más olvidadas  o desconocidas de España ; Teruel.
Y eso que aquí nació o vivió Ramón Arcusa , el rubito en su tiempo del famoso Dúo Dinámico, y junto a la placa que conmemora la distinción, sigue en pie la casa de sus padres. O que se encuentra junto a Rubielos de Mora, que no es Mora de Rubielos, aunque esté uno pegado al otro (12 kms.), o que por el camino que asciende a La Torre pasó en su tiempo, mil años atrás, Babieca, uno de los caballos más famosos de la historia, y su caballero, aún más famoso: El Cid Campeador. O que su trufa negra sea tanto o más famosa que sus “rovellons”, “rebollón”, “Esclata sang”, o como quiera que se llame ese tipo de champiñón. Que por cierto hoy mismo comienza la recolección de esta excrecencia enterrada, que produce en la región varias toneladas de este tubérculo tan codiciado.O “cómo es que en un pequeño pueblo de 300 habitantes se encuentre instalada  una enorme cúpula con telescopio al uso para mirar el magnífico espectáculo de las estrellas en un cielo diáfano”. Muchas variables en un pequeño lugar…

Pero esto sin duda será material extra para otro tipo de historias..o no.



sábado, 7 de noviembre de 2015

Perdido en el bosque



Una de las facetas interesantes de estar viajando, es que en poblaciones pequeñas como Nogueruelas ( llegó a tener 1150 habitantes, y hoy  habrá unos 300, con suerte), cualquier novedad es bienvenida, es tema de conversación, se renueva el material habitual en la plaza, el parque infantil, los bares. Esto me ha venido sucediendo mucho, cuando la gente del lugar se interesa por tu locura en motocarro.

Y es motivo de muchas bromas, de chanzas, de buen humor y muchas rondas cerveceras habitualmente. Existen dos sitios con wifi, de modo que aparezco de tarde en tarde por el Hotel La Casa Grande, o por el Bar  Salero,  Allí me instalo con el ordenador y comparto con mi gente estas pequeñas aventuras.

Una de las cosas por las cuales Nogueruelas es conocido en esta temporada, es por sus setas  y sus trufas negras.

Amplia y variada gama de setas comestibles existen en las laderas de sus montes cercanos. El pueblo está rodeado literalmente por montes poblados de pinos, carrascas o encinas, matorral bajo y musgos que permiten florecer los productos micógenos. El Ayuntamiento te cobra por recoger una cantidad determinada, y tú te paseas con tu cestita, tu navaja y tu mochila, en busca de “peu de ratas”, Rovellones ( o rebollones, como les llaman aquí deformando una palabra catalana), plateras, babosas, pedos de lobo o “fredalines”, entre otras variedades que no conozco. Tampoco es que sepa mucho del asunto, pero tengo a Txus que a la vez es un guía experto para grupos foráneos que llegan con el mismo fin durante todo este mes. Y sobre todo, me cuido muy mucho de coger una Amanita, un verdadero peligro para el ser humano medio despistado.

EN BUSCA DE SETAS

Había estado en un sitio denominado “el Cuarto”, una zona montañosa hasta donde llega una pista forestal de tierra. Fuimos a comprobar la existencia de setas porque venía la televisión a filmar, y Txus era uno de los protas. Luego de un día completo filmando y trasladándose de un sitio a otro, la TV aragonesa plegó sus bártulos y se fue. A los dos días fuimos a recoger algunas setas  con Txus. El tiene los tickets de cobro, así que ningún problema. Recogimos como para una cena abundante, y algunas determinadas a congelar,  para más adelante. El sitio es un bosque continuado, interminable, que sube y baja montes, que filtra la luz del sol de forma tamizada, y que te hace sudar a poco de andar. Sitio hermoso, con una temperatura estos días que te invita a caminar por la ladera de los montes, en busca de esos pequeños tesoros.

Ningún problema, llevamos a “Pequeño”, un enorme perrazo que más o menos cuida la casa,y volvimos con la caída del sol. Nos prometemos otra visita más adelante, y vaya si lo cumplimos sobradamente.

PERDIDO EN EL BOSQUE

El día de retorno fue el viernes. Recuperados de dos salidas lunes y martes o así, cuando fuimos a ver fútbol al bar Salero (en casa no hay, como es habitual en estos sitios), y regadas abundantemente las acciones del Barça un día y del Madrid el otro en plan de buen rollito, por la tarde, después de trabajar, comer y dormir una siestecita, nos vamos Txus, Pequeño y yo a por más. Mismo sitio, mismo horario, mismos protagonistas.

Quedamos en retornar junto a la furgo en un par de horas, y allá que vamos. Y me meto por aquí, por allá y por acullá. Y hay unos cuantos “rovellons”, y lleno una media cesta. Pequeño iba y venía, se metió en un charco y paseaba sus patas embarradas buscando alguna novedad.

Total que se acerca la hora, y tiro para la furgo. O al menos eso pensé.

Había un barranco largo, y esperaba rodearlo para poder bajar. Pero seguía y seguía, y cuando tengo un risco despejado para mirar el paisaje, no reconozco el lugar.

Verdaderas maravillas en el bosque, como este caminito de setas
Pas probléme. Saco el móvil, aviso a Txus que no sé volver, y le describo el lugar. No hay cobertura, de modo que vía watshapp un mensaje, hasta tanto consiga llamarle. Pongo en marcha el GPS, por si no encuentro una salida.El lugar donde descendí era un conjunto de tres casas cercanas, un valle con chopos, vacas poco curiosas y un arroyuelo. Llego hasta las viviendas, y están abandonadas. Se me está echando la noche encima.

…Y el móvil tiene poca batería, cómo no ¡

No recibía contestación de Txus, de modo que envío mensajes a Tamara, para que le avise a mi compañero, por si acaso él tuviera cobertura.  De las masías abandonadas partía una especie de sendero, la noche ya es una realidad, de modo que olvido a Txus, espero que le informen, y yo entretanto me voy por la pista. Es el modo más fácil de salir de un bosque. Conducen siempre a un lugar poblado.  Hay una media luna colgada en el cielo, y mal que bien distingo la pista y evito algunas piedras grandes. Una caída puede ser una grave complicación.

Dejo algunas señales sobre el camino, por si me buscan. Efectivamente.

Entra un watshapp sobre una loma, entran llamadas, no alcanzo a contestar y ya no tengo cobertura…y se me agota la batería. Leo un mensaje de Tamara: “Que dice Txus si vas por una pista asfaltada o no. Que ya ha avisado a la Guardia Civil”. Me detengo a responder y el móvil se muere.

Finito.

Pues bueno. Paciencia. Salen las primeras estrellas , el clima no es muy frío, aunque en la mochila viene  acompañándome mi chubasquero, por si acaso., El terreno es pedregoso y hay que caminar con cuidado.

En un momento dado, unos jabalíes corren entre los matorrales gruñendo. Pues vaya!! Cojo un palo del suelo por las dudas, mientras llevo en la espalda la mochila, y en el otro brazo la cestita con los champiñones. Faltaba más!. No hay que descuidarlos, ni ponerlos en una bolsita de plástico, ni nada de eso. Primera lección de recogida de seta: El hongo no se tiene que romper. De modo que para ello la cesta de mimbre y la navaja, para intentar que las esporas caigan en el mismo sitio y la próxima temporada nazca un nuevo champiñón..o lo que sea. Sigo caminando, entreviendo la pista, un sendero abrupto que sube y baja lomas.

Y luego otro sonido inquietante, al cabo de poco. Ladridos.

Eso puede ser motivo de preocupación, si llegaran a ser perros asilvestrados, que los hay por aquí, fruto de olvido, despiste o poca precaución de los cazadores. El perro domestico se transforma cuando se encuentra en libertad por los montes. Ataca al ganado, y también a la gente si se pone en medio.

Dónde c...quedará el Cuarto ???
De modo que pensaba pasar lo más lejos posible de una hipotética jauría, si ello era probable. Pero no tenía ninguna intención de abandonar la carretera. Llevaba más de hora y media caminando, cuando la pista se vuelve a abrir, y distingo en la oscuridad un cartelito a la vera del camino. Saco un mechero que llevo desde que Victor me lo dio hace muchos meses, y alcanzo a leer las indicaciones.

Nogueruelas para un lado, y Rubielos de Mora para el otro. Era un cartel indicador de un itinerario de senderismo. Alabados sean los dioses! Ya sabía dónde ir. Veo una luz a lo lejos, y me las prometo felices. Llego a un lugar denominado “La Pila”, por un abrevadero que llena de agua constantemente unos pilones para animales. Llamo a gritos, pero seguramente no habría nadie y quienquiera que habitara allí dejó una luz encendida antes de marcharse a algún sitio.

Total, sigo  bajando por el camino.

A lo lejos escucho un claxon. En un recodo del camino aparecen unas luces.

Antonio y Carlos, vecinos de Nogueruelas aunque viven en Valencia y Barcelona respectivamente, estaban de fin de semana.Cuando se corrió la voz, salieron con su 4x4 en mi busca.

-Tú eres el perdido?- me pregunta Antonio.

-Supongo que sí.

-Hala, pues sube.

Llamadas con el móvil : “lo tenemos con nosotros. Sí, está bien. Cerca de La Pila, si, vamos al hotel”. Explicaciones de mi silencio, y unos 5 kilómetros ahorrados de caminar. Los otros ocho o diez me los comí, más lo andado por el monte. Mi talón de Aquiles izquierdo empezaba a avisarme que estaba demasiado castigado, así que se agradecía “el aventón”.

Antigua "hielera". Cueva donde se apretaba la nieve en
 invierno, y en verano se trasportaba a veces a más de 100 kms.
Llegada al Hotel , sonrisas de “perdónenme”, y “no pasa nada”, y un grupo más que considerable. Enchufo el móvil y llamo a Tamara para que no se preocupara. Txus estaba ya esperándome en el bar-restaurante del hotel (es también del alcalde, que vendría luego y que coordinaba un poco la cosa junto al 112), junto a algo de la peña que me había salido a buscar. Cinco coches de particulares y dos de la Guardia civil, una del pueblo vecino y una del Grupo de Montaña.

A medida que refrescábamos el polvo del camino con unas birras, el grupo iba aumentando con la llegada de los demás buscadores. El guarda forestal y su mujer, Antonio y Carlos, junto a otros cuyos nombres se me quedaron en la nebulosa del cerebro. El tema de conversación dio para mucho, y supongo que los días posteriores – hasta que un nuevo acontecimiento tenga lugar – dará para más.

Cuando se agotó la historia en el Hotel la Casa Grande, la Guardia Civil anotó cosas, me volvió a preguntar si quería ir al Centro de Salud o algo, algunos se fueron a sus casas respectivas, un grupito que había quedado subimos por la cuesta hasta el bar Salero, donde retomamos el tema – birras y charla- con nuevos contertulios. Llegamos cansados, hambrientos y adornados, como a la una de la mañana. Al menos sabemos que nos fuimos a dormir sobre las dos y media.

Menuda satisfacción cuando me metí en la cama ¡!! No me había perdido, pero no sabía dónde estaba….lo cual en una montaña que no conoces, viene a ser lo mismo.. Pero tuvo un final feliz.

Fin de un capítulo más o menos interesante, y una anécdota más para contar.

 

 


domingo, 25 de octubre de 2015

Teruel, nuevo destino en tierras de Aragón




Hace aproximadamente unos 15 días que me encuentro en tierras aragonesas, cercano a la población de Nogueruelas. Un lugar idílico, al menos visto desde fuera, con la visión de un extraño y la poca percepción de algo más que una mirada asombrada.

Sin problemas encontré la granja donde pensaba pasar unos días como wwoofer. Charla y comida con Txus, el único que encontré, uno de los que llevan adelante el proyecto de esta denominada “La Torre centro Social”, reuniones, huertos, cursillos, camping municipal y otras vertientes particulares en una masía de unos 300 años, denominada oficialmente “Torre de los frailes”, tres plantas rústicas convenientemente remozada después que un incendio hace unos años calcinó la tercera planta y el techado.

Pimientos de gran tamaño
Quedan señales estampadas en los barrotes que cruzan la escalera, marcas que seguirán recordando a sus habitantes que el fuego puede aparecer en cualquier momento, como ocurriera aquella noche. Hoy amplios ventanales, un hermoso techo de madera, una gran zona denominada “aldana”,  con suelo también de madera, donde suelen realizarse actividades grupales de todo tipo.

Llegué en lo mejor del huerto: el momento de la recolección.

Y qué cosecha ¡!! Quedé asombrado del tamaño de sus hortalizas y verduras .Pesamos un tomate, no de los más grandes, que dio 1.158 gramos. Algunas cebollas no me cabían en la mano, los cardos plantados tienen un metro de altura y me contaban que les falta un par de meses. Conversamos sobre el porqué de tal calidad. Txus, Tamara y José, el triunvirato rector de la cosa, (sin olvidar la presencia de Oriol, siete meses de gañidos, risas, llantos y conversaciones en su idioma),me comentaba la posibilidad de que hubiera sido un año espectacular, si bien tamaños parecidos se han conseguido en épocas anteriores.

AL TAJO

Llegué un lunes por la tarde, pasado el mediodía aunque comimos unos espaguetis con salsa que preparaba Txus, buenísimos y con amplia sobremesa para conocernos. Tamara bajaba más tarde, porque el pequeño no estaba bien, con algún virus extraño revoloteando por su interior.

Quedamos que comenzaba al día siguiente. Labor : llenar las leñeras. En la planta baja, zona posterior, existe un cuarto enorme, conde la leña se fue apilando a medida que la carretilla funcionaba, trasladando troncos cortados desde una pila en el exterior. No era mucho el trabajo, más bien una toma de contacto. Al otro día comencé a cosechar judías.
Tamara y su pequeño, Oriol, que mira a Txus

Me pasa de todo con esta hortaliza. Nací conociéndola como “chaucha”. Luego cambié de país, y en España se llamaba “judía”. De toda la vida, de modo que te acostumbras. Pero resulta que pasé por Castellón, y Pepa me enseñó el palabro : “bachoquetas”. Bachoquetas pues.

Pero me voy de Castellón y la palabreja queda atrás, porque en la zona aragonesa vuelve al semi origen, y la denominación torna a “judías”.

Así que allí me veo en un huerto que realmente me parecía de ensueño: matas altas de todo,ya sean tomates de ensalada, de colgar y pera, cardos, judías, y gargadas de frutos. De unas 10 plantas coseché un cajón de judías, granadas y listas para quitarles la vaina y congelar luego el fruto. Próximo trabajo…y aún queda para esta semana, quizás, otra cosecha, menos importante, pero que acabará con las chauchas-judías-bachoquetas-judías.

Entretanto hemos cosechado tomates, escaldados, preparados para conservas, hervido y guardado en la despensa, un cuarto detrás de la cocina, dentro de otro cuarto-almacén.

Llegaron al centenar de frascos. Los pimientos han dado de momento (no están cosechados aún), unos 10 frascos, y luego se amontonan otros productos y subproductos, como pisto, salsas, etc. Una labor variada y en contacto con un buen clima que me asombra, porque pensaba que a esta altura del año, Teruel sería una masa de hielo.
Vista del huerto desde mi ventana

Pues no, clima otoñal pero cálido, los montes cercanos vestidos de gris, aunque comienzan con los colores amarillentos que indican el cambio de estación.

 

Y LAS FIESTAS EN MEDIO

La gente de la masía es muy enrollada. Trabajan con alegría, disfrutando de lo que tienen y obtienen en sus tierras. Y si hay visitas, reuniones de grupos, amigos, prodigan sus atenciones.Pero no necesitaron mucho, porque al fin de semana siguiente ya nos encontramos con la Fiesta del Pilar, unida al 12 de Octubre, de modo que disfrutamos plantándonos en el pueblo para observar delante y tras la barrera los festejos.

El “toro embolado” no podía faltar en una región de toros, cazadores y gente rústica del campo. De modo que una calle del pueblo se pobló de portales metálicos, de gente dentro y detrás de los parapetos, para ver como los emboladores, un grupo escogido de jóvenes de Nogueruelas, mantienen cautivo a un toro mientras le ponen unas teas preparadas en los cuernos del animal, un collar de campanillas, prenden fuego a las antorchas y cortan la cuerda que une al toro a su poste de cautividad.

Desparramo total, mientras el toro se aleja por la calle. La gente que lo espera corre pasando por entre los barrotes para protegerse momentáneamente, y salir luego a por más experiencia de fuego, miedo, adrenalina y demás.

Entretanto, el toro, un ejemplar que había sido embolado más de unas cuantas veces, paseaba un poco, subía y bajaba la calle en cuesta, hasta que se apagaron las antorchas unidas a sus cuernos. Vuelta al corral, me dicen que una dehesa cercana donde vive el resto del año, o hasta que al ganadero le soliciten otro toro para embolar.

Bien, no entraré en disquisiciones sobre si toro sí o toro no. Era la primera vez que vivía el espectáculo, y sentí como cualquier hijo de vecino subir la adrenalina mientras intentaba forzadamente cruzar los barrotes. Pujaba por sacar una foto, pero no es fácil que no se mueva el móvil cuando delante de ti viene un acorazado tipo dragón llameante y tienes que pensar mucho en tu seguridad y menos en el selfie con un toro.

Pero fue una buena experiencia. Lo repitieron otra vez, pero me había bastado. Fui a bailar por las calles con la banda municipal, que se arrancó con pasodobles variados en un colorido pasacalle  alegrado por las mozas especialmente, vestidas con trajes regionales. Por la noche hubo verbena, infaltable y tradicional baile muy divertido y bien regado.

La helada de la mañana se nota en el cristal
Otras tareas que estoy realizando tienen que ver con la habitabilidad del camping, preparándolo de cara a la temporada venidera. Quitar un suelo de losas y cementos deteriorados, utilizar los escombros para arreglar el suelo de los lugares destinados a parrillas, remozar de barniz las puertas y ventanas, y repintar letreros varios, tanto para el camping como para la casa.

Así…llevo más de 15 días en este lugar, aún con un clima cálido de otoño, y alguna que otra helada matinal, y no tengo muy claro el tiempo que estaré aún. Seguramente esto será material para otra historia…o no.

 



domingo, 18 de octubre de 2015

De nuevo en ruta




Estaba amaneciendo cuando salí de Les Planetes. Me despedí un poco a la francesa, porque les había dicho que no me gustan las despedidas, y que en lo posible, la haríamos muy cortita. El día anterior tuvimos un ”party” con amigos, festejando el cumple de Rafa, aprovechando que terminaba mi estadía en Atzeneta, de modo que ya estaban todos despedidos…o mas o menos algo parecido.

He pasado varios meses en este ultimo sitio. He tenido también que reconsiderar lo del viaje. Al menos la duración del viaje. Llevo casi seis meses en esta situación, y no sé si habré hecho unos 500 / 600 kilómetros desde que salí de Palma de Mallorca. Al principio, la idea era estar unos diez, quince días en cada granja como voluntario. El problema que se presentó ni bien estuve con la primera, Xchus en Tarragona, cuando comenzaron las “benditas dificultades”.

El problema principal que se planteaba, era que los proyectos que existen en estos sitios, suelen tener una duración mayor que la que yo me planteaba. Por ejemplo, Xchus me planteó la posibilidad de hacer un huerto como prioridad. Pero prácticamente no tenía nada plantado, excepto algunos guisantes, y unas patatas dispersas. Allí imperaba replantar nuevamente, y para ello primero hacer los bancales, estercolar, preparar riego, comprar plantines (plantones),sembrar, etc. Esto en tres bancales que fueron el lugar elegido, comportaba como mínimo mes y medio o así. Finalmente, estuve unos veinticinco días o así. Pocos, escasos, salí hacia mi segundo destino con la insatisfacción del deber no cumplido.

Aún hoy hablamos con ella sobre la posibilidad de haberme replanteado la cosa de otra manera. Llegué finalmente al segundo, y digo finalmente porque fue cuando se rompió el motocarro y debí repararlo. Veinte días o más porque el pistón venía de Italia, casa central.Allí finalmente me quedé unos cuantos días más porque estaba esperando que la reparación se finalizara algún día. El pobre mecánico no sabía qué decirme, porque a el le decían que ya había salido, que estaba en alguna parte, que la casa que lo tenía que reparar, la rectificadora, lo recibiría ya, pero pasaban los días como si tal cosa. Finalmente lo tuve, aún no sé cierto si funciona correctamente. El mecánico me comentó : “Tendrás que hacerle un rodaje, como si fuera nuevo. Hasta dentro de 800 a 1,000 kilómetros no funcionará a tope”.

Bajando a Nogueruelas desde la masía por el atajo junto a la carretera
Le habré hecho unos 200/ 300 kilómetros desde entonces.

Cuando tengo que coger carretera, lo hago con mucho cuidado, siguiendo las instrucciones. Es decir, que no se caliente, que descanse cada pocos kilómetros, que no le dé mucha caña, que realmente piense que es una moto y no un coche. Algo que tiendo a olvidar.

NUEVO DESTINO

Total, que salí de Atzaneta del Maestrat, de la casa de Pepa, cuando el sol comenzaba a querer mostrarse sobre las montañas lejanas. Era el domingo 4, y esperaba pasado el mediodía en la localidad de Nogueruelas, en Aragón. Abandonaba mi segunda o tercera comunidad, para internarme en la provincia de Teruel.

Que Teruel también existe.


Y  en esos momentos  iba a descubrirlo. A ver si es verdad. Me llevé una gran sorpresa. Espacios dilatados, zonas boscosas inmensas, colores de todo tipo, un par de puertos de montaña donde avisaban con antelación que había hielo o nieve. Unos paisajes de películas. Me comentaban luego, como me ha pasado en otros sitios, que “este año está muy verde porque ha llovido mucho”, pero que generalmente no es así.

Masía La Torre de los Frailes
No lo sé. De momento, disfrutando de tonalidades propias del comienzo del otoño, árboles virando en sus tonos verdes a amarillos, rojizos, morados. Un manto verde de césped salvaje cubriendo lomas y hondonadas. Pueblecitos encadenados de 10 en 10 kilómetros, que no alcanzabas a entrar y ya salías. En todos los sitios  urbanos unos malditos badenes elevados que son ilegales si tienen más de 10 centímetros. Me gustaría haberle tomado la altura a muchos de ellos y hacer las correspondientes denuncias, a ver qué pasaba. Pero finalmente menguas la velocidad, subes y bajas con lentitud, mientras escuchas como se van acomodando las cosas en la caja trasera por efecto del golpe, y  continúas hasta el pueblo siguiente, a lidiar con otros pasos elevados.

Paré a tomarme un desayuno en una pequeña localidad, Zucanin o así. Pregunté al vecino de mesa qué tal el camino. “Hecho polvo” me animó. Me lo estuve pensando un poquito, sobre la posibilidad de volver e ir por la autopista, pero el paisaje, el día y el viaje eran demasiado bonito, de modo que seguí.

Seguramente mi vecino estaba acostumbrado a viajar por la autovía, pero no tuve mayores inconvenientes en llegar a Noguerolas. Tomé un bocadillo por allí, previendo que llegaría tarde, pero me atendió otro Txhus, (esta vez un hombre), que me dijo que me estaba esperando mientras hacía unos macarrones. Me dio las últimas indicaciones y allí que me aparecí sobre las dos y media .

Delgado, mediana edad, sin pasar de los cuarenta, con unos pantalones con rayas a los lados, estilo campesino, una camiseta blanca, y un jersey rojo oscuro de lana caído en un hombro, con rastas, gafas y frondosa barba. Txhus me recibió con mucha afabilidad, preparando la comida mientras disculpaba a Tamara, mi interlocutora vía email y teléfono, por no estar presente. Su niño de siete meses con fiebre alta y ella cuidándolo.

Apareció cuando habíamos comido, preocupada pero resuelta. Alta, largos cabellos, ojos claros, una mujer resuelta. Terminamos de hacer la sobremesa y me indicaron un poco la casa, mi habitación, algunos detalles básicos, y me dijeron que me instalara convenientemente, que mañana lunes comenzaría como wwoofer.

El mañana lunes amaneció hermoso. La vista que se observa desde la ventana es hermosa, lomas, valles, casitas perdidas por allí, mucho verde y tonalidades varias. El sol sale dando luz y color y permanece inundando la habitación hasta las cuatro de la tarde por lo menos. Una masía reconstruida después de un incendio hace años, tres pisos, mucha madera, estilo rústico, un huerto grande, gallinas, un par de gatos, un perro.

A la noche aparece el compañero de Tamara, José, que trabaja en una empresa vial.Cenamos juntos. Nos mandamos a la bodega algunas birras, un par de vinos y salimos enfilados a las habitaciones bastante temprano, pero ya cansados.

El lunes comienza mi tarea como wwoofer voluntario en la Masía La Torre de Nogueruelas.

No resultará muy diferente de las anteriores, presumo, aunque eso formará parte de otra historia…supongo

 

 

 

 

 

sábado, 3 de octubre de 2015

Viajecito..y Día Mundial de Tapas


Comienzan las tapitas
Me fui a visitar a mi hija Naty, allá en Alicante. Aproveché que un amigo de Atzeneta, Rafa, iba a visitar a alguien en Denia, cerca de la capital alicantina. De modo que planeamos el viajecito, junto con Jacob, el pequeño cachorro de Rafa, un estupendo mil leches con pinta de setter, que ayudó a que el viaje fuera más divertido.


Una de las tapas. Merecía un buen puntaje
La  noche anterior recibo un WhatsApp de Rafa, donde me comentaba;" Alerta que en Denia mañana es el Día Mundial de la Tapa". Nada menos que día mundial. Por lo tanto, no es de recibo que lo pasáramos de largo. Mi idea general era que llegáramos sobre el medioría, y que después de tomar un café con sus amigos, nos separásemos, y tomara un bus hasta Alicante. Unas tres horas de viaje, porque desde Denia a Alicante no hay tren directo. Allí entran en conflicto, según me han dicho, las pocas ganas de los políticos centrales, del gobierno central quiero decir, que no quieren completar el Corredor Mediterráneo. No lo quieren hacer porque entroncaría con el corredor mediterráneo que pasa por Cataluña, según me dicen. Entonces, llegas a poco más de Valencia, concretamente a Benidorm y allí tienes que hacer un trasbordo a un tranvía?, Metro?, tren?, con toda la pinta de un metropolitano de toda la vida, que después de chiquicientas paradas en “todas las estaciones y apeaderos” de la red viaria, llegó a Alicante. Eran como las 10,30 de la noche. Naty trabajaba, de modo que la fui a ver a su puesto, esperando que cerrara para irnos a tomar y comer algo.

EL DIA MUNDIAL DE LA TAPA

En otro de los sitios, con lo mismo. Raquel en primer término, Merche con gafas,
Rafa al fondo y servidor por allí detrás.
Esto es digno de reseñar un poquito. Resulta que eso del Dia de la Tapa,existe en todo tipo de chiringuito que se precie de vez en cuando. En casi todas las localidades de vez en cuando los del sector de restauración se sacan de la manga un Dia de Tapas. Un Día de Pinchitos, un Día de Cerveza, en fin, un Dia de algo que mejore la caja.

Miré el afiche de propaganda. Había 32 bares y restaurantes asociados al evento. La cosa era bebida y tapa especial, por 2,50 euros. Incluso se puntuaba la cosa, especialmente porque el tipo de tapa que se daba era una especialidad de la casa.Díría que había unos cuantos que competían por los primeros puestos, aunque según dijeron, nos perdimos el mejor. Llegamos con cinco minutos de adelanto a la hora fijada…..pero ya habían cerrado la cocina. Un detalle, pero creo que ese día debieran seguir con las tapas durante todo el día. No quieren hacer caja?

Pues….pero no. Y nosotros nos quedamos sin probarlas. De todas maneras, no pueden comerse 32 tapas, ni beberse 32 cocas o vinos o cerveza o agua. Terminarías rodando hacia el próximo puesto.

Nosotros en cambio, nos fuimos al Club Náutico, o algo así, donde nos tomamos un bajativo, algo para poder digerir lo comido y bebido. Unos gin tonics de Bombay, que no tenían Beefeather, y para Raquel, un Manhattan, o algo así , con sombrerito chino y tajadita de sandía, una preciosidad visual. Ella también lo era, es verdad.

El caso es que cuando quise acordar, del mediodía a la noche no hubo más que un paso. Ya había quedado con mi niña que me iría retrasando. “Mira, papi, - me dijo – es mejor que llegues bien tarde, porque empiezo a las siete (seis?) y no termino hasta medianoche”.

Conoce mis variantes horarias.
Raquel y su brebaje en el Náutico

De modo que no me preocupé, y acabé tomando el tren de las ocho o así. Me acompañaron Rafa y las amigas, Merche y Raquel…y Jacob, el perrito. Gente estupenda, un día precioso, un viaje que se hizo corto hasta allí…pero después, no llegaban nunca los trenes-tranvías.

EN ALICANTE

No tenía mucho tiempo para la visita. Había quedado con Pepa, la jefa de  Más de les Planetes, que volvería el martes, porque los chicos, Urtzi y Viola, andaban haciendo un tour por Cremona , Milán y Venecia. De modo que mucho trabajo y poca gente. Javier se había largado a Galicia, por algún trabajo o visita, y se le rompió la furgoneta. Siniestro total, porque era junta de culata, y el que sabe de esas cosas sabe que es mas cara la reparación que darlo de baja.

De modo que aprovechábamos las horas que Naty tenía libre. Nos hacíamos un cafetito, charlábamos de todo un poco, comimos un par de veces por allí y el tiempo se nos hizo muy escaso, como siempre.

El martes había conseguido que un conductor de blablacar me trajera. Alfredo, un tio de lo más amable, divertido, buena persona en definitiva. Nos hizo el camino muy agradable. Viajábamos cuatro personas: Isabel, una periodista “free lance” de Telecinco y otras cadenas, que reside en Basilea. Andaba de vacaciones. Anita, una estudiante de psicología que ya acaba la carrera y saltaba de contenta porque había conseguido unas prácticas por un año en una asociación destinada a ayudar a personas con Altzehimer , lo cual le serviría de mucho en el futuro, según explicaba. Alfredo conduciendo, y servidor de copiloto.

Me fui de Alicante y Nataly se fue a París. Así lo festejaba,
 creo que en la zona de Trocadero.
La verdad es que el trayecto Alicante-Castellón, se me hizo muy corto. Y no lo comparo con la ida, que fue otra cosa. Hicimos una parada en Valencia, donde bajaban las chicas, y luego nos fuimos en el BMW tranquilamente a Castellón. Me dejó en la misma parada del bus, que tomé finalmente a las 15.30 para ir a Atzeneta.

Pepa me mandaba un WhatsApps. Sabía que estaba al caer, y me iba a recoger al pueblo. Le comenté lo de los horarios, y luego me fui en el bus, charlando con un vecino de Atzeneta, y con Marc, un chico que venía a una masía vecina, la de Salva y Lola. No hay taxis, el teléfono de Salvador y el de Lola como siempre fuera de cobertura…o apagado…o sin batería...o vaya usted a saber, pero el caso es que el vecino lo llevó.

Llegó Pepa y nos fuimos a la granja, a continuar la faena una semana más. No dejo de asombrarme de lo buena gente que son. Termino luego de tres o cuatro meses mi labor como voluntario, el tiempo se me ha ido en un suspiro. Ahora he contactado con la nueva granja, en Teruel,en la localidad de Nogueroles. Viajo el lunes 5, creo que `por unos 15 días, de entrada. Luego veremos, como se tercie la cosa.

Ahora preparando detalles en el motocarro, que se ha descuajeringado un poco. Se rompió la apertura/cierre de la puerta trasera, y Miguel, un amiguete, lo arregló en su herrería. Me puso asimismo una chapa que había roto (para sujetar la puerta), de modo que estamos listos para el despegue. Gasolina y aceite a tope. El limpiaparabrisas no me funciona muy bien, aunque esta tarde pareció arreglarse. Tendré que hacerlo ver en la próxima parada.

Pero eso será otra historia…supongo...



viernes, 14 de agosto de 2015

El pueblo que no sabía como llamarse



Los pueblos ,cualquier tipo de población, cualquier ciudad, cualquier conjunto de casas, tienen una historia a cuestas, como los seres humanos.

Ellos también consiguen superar unos inicios difíciles, para luego irse asentando paulatinamente y al final, determinar su forma de vida, su procedencia, su aceptación a corrientes foráneas, sean individuales, colectivas o de moda.

Se vuelven, como los humanos, más prácticos (algunos), van cometiendo menos errores, se vuelven mayores, y se ensanchan como pueden, hacia arriba, hacia los lados, y van conformando una identidad propia, con sus características y circunstancias.

Pero en la comarca en que me encuentro, existen también algunas variantes. Hay un pueblo, Llucena o Lucena del Cid  (La Perla de la Montaña, lo llaman), que no sabe cómo se inició. Al menos es lo que predica de entrada en su folleto turístico (vale que en el mismo folleto utilizan el copiar y pegar en la primera página y en la tercera, descarado pero muy mal hecho, manifestando lo mismo, sobre lo atractivo que resulta el pueblo para el turista,  pero eso es otra historia, si la hay). No obstante, lo primero que informan  es no saber cuándo apareció esta población pegada a la montaña, hermosa con sus farallones enhiestos, su vista a vuelo de pájaro de la comarca y su río Lucena allá abajo, serpenteando entre piedras.

Al parecer, la historia de los nombres se las trae en esta comarca. El monte más alto es Penyagolossa o Peña Golosa. Golosa porqué, me pregunto, pero no he tenido respuesta.

También está Vistabella, pueblecito enclavado en la montaña, pero me dicen que realmente, allí no es la vista más bella de la zona, sino en otro pueblo cercano, sobre la cumbre de un cerro o pequeña montaña.Quizás sea lo que ocurre en todos los pueblos, que si yo soy mejor, que si tú no sabes, que si tal, que si cual.

Pero a poca gente le gusta vivir en Pollarosa, un lugar donde la masía enclavada allí se las trae con el nombre. Que en los alrededores también hay una serie de nombre cuando menos capciosos…Benafigos, (Ven a los higos?)(higos, figos, figa?), Costur (de donde salen los costureros?),La Foya (síiiii????) Lo hace de verdad?....

 
Pero la historia que quería contarles, aunque tiene que ver con este “dejarse estar” de la comarca, tiene que ver con Adzaneta. O Atzeneta. O Atzeneta del Maestrat. O Atzeneta del Maestrazgo.

Tanto monta, monta tanto. Es la misma población. Y su nombre quizás tenga mas variantes que yo no conozca de momento. Quizás entre sí, los pobladores tengan otro nombre para "su" pequeña "terreta natal".


El Castell, cercano al lugar donde me encuentro residiendo
Con una superficie de 71 kilómetros cuadrados, el pueblo se estira en tres o cuatro direcciones, con una placeta central coronada por un castillo realizado en hierro, de hermosa factura. No se diferencia en mucho de otras poblaciones parecidas de la zona, aunque los habitantes le defiendan a capa y espada. Tiene personalidad, eso sí. Pero por no saber,  no sabe si pertenece a Alcalatén (según la propuesta comarcal), o al Alto Maestrat, según la demarcación histórica.

Y  mantiene una variedad de nombres.

Que en realidad, según la Wikipedia, es que se llama oficialmente Atzeneta del Maestrat. Pero este es el nombre en valenciano, quizás. Que el Maestrat es en español  el Maestrazgo, una línea de montes y montañas que tomó el nombre del Gran Maestre del Temple que campó por estos lares siglos ha. Y luego  de las derivaciones habdas por la institución de una Capitanía General o algo así, del Maestrazgo.

Total, que  lo dejaremos en Adzeneta…cómo se llama en general.

Ni los mismos carteles se ponen de acuerdo. Pero como en realidad la pronunciación del nombre abreviado se parece a algo así como “Atcheneta” (los pobladores me corrigen cuando la menciono, porque dicen que se nota que soy forastero -en este lugar también-por mi habla diferente).

Los lugareños no se preocupan de esas minucias. Siguen yendo a lo suyo, y son gente no muy diferente a la de otro pueblo pequeño, aunque he cuestionado con pobladores atzeneteños si son más o menos cotillas, si se meten más o menos en la vida de los demás, si preguntan ingenuamente todos los detalles de tu vida, pensando quizás que no te enteras de su curiosidad manifiesta. Si son diferentes y parece que no .

Pero el pueblo mismo es de muy larga trayectoria, y se entronca  en  sus inicios con la Edad de Bronce, porque se han encontrado restos arqueológicos que así lo prueban. Y su nombre deriva de un jefe bereber llamado Zanet, que vivió por aquí con su tribu, los Ad-Zanet (los de Zanet, sería una traducción libre del árabe), o la tribu de los Zenetas, como se le conocía coloquialmente entre los íberos existentes, en la época en que formaba parte de Al-Andalus.

Total, que es una población que tiene un pasado más que importante. Que al menos, oficialmente, existía ya hace ocho siglos. En 1272 se documenta su existencia escrita, pero su existencia física era con mucho anterior a esa fecha.
Antigua muralla

Se construyó  su muralla aprovechando una confluencia de dos vías de agua: “las Ramblas”, que servían como foso de defensa,  y hay asimismo  restos islámicos en la “villa cerrada”, la parte más antigua, y en la torre de la Presó, o Prisión.

Bien, lo de la historia es otra historia, que necesita más sitio para comentar, pero no es el caso en este momento .Tampoco quisiera perderme en disquisiciones seudo filosóficas sobre la historia misma.

En fin, que yo voy  a lo mío.

Que lo que quería contar, era que este pueblo tiene no uno ni dos, sino tres o cuatro y quizás más nombres , todos  aproximadamente oficiales, que conviven entre ellos en plena armonía desde hace ya bastante tiempo.

Al menos siete u ocho siglos, que ya es decir.

Evolución de la población en Atzeneta
Y no le importa en lo más mínimo vivir cotidianamente sin saber muy bien cómo llamarse definitivamente .Que vivir por esos lares es una maravilla. Mucho verde, a pesar de un horroroso incendio ocurrido hace años que asoló la comarca y consumió bosques centenarios, carrizales y juncales, olivos retorcidos y alguno partido por un rayo, tupida carrasca que ya no se recuperó.

Aún así, el manto verde de sus campos apareció nuevamente, y existen lugares, parajes y senderos dignos de visitar, en un amplio radio de muchos kilómetros que componen el Alto Maestrat.

Aunque el pueblo  del que hablamos (Atzeneta, Adzaneta?) tenga muchos nombres, no le importe, y quizás conocer real y fundadamente  el por qué,


 puede ser parte de otra historia que contaremos en otra ocasión.

O no…quién lo sabe..?

domingo, 12 de julio de 2015

LA FAUNA REINANTE




En Mas de les Planetes y sus inmediaciones, se maneja una fauna extraordinaria. No porque sea más ni menos que en otros sitios, supongo, sino porque cuando te vas moviendo de un lado a otro, como en el caso de este viaje,  descubres variedades que no conocías, no habías visto anteriormente o simplemente ahora  te llaman la atención.

En este caso comenzaron con los bichejos que hay que cuidar en la misma granja. Son un mundo aparte, dependiendo del tipo de fauna a la que nos referimos.

Pero eso sí :todo el mundo  va a lo suyo.

Si hablamos de pavos, hay una hembra blanca que es una cansina. De verdad.

Persigue a otra, una hembra de color negro, durante días y días. Han tenido algunos encontronazos, y la negra se ve que en un momento determinado le  dijo : “Vale,  has ganado tú” y se dio la vuelta retirándose en plan “abandono”. Para qué!

Ahora la va persiguiendo todo el día, picotazo va y picotazo viene. El macho se quiere imponer, estufándose con las plumas a todo lo ancho y largo, pero no ha funcionado. Ha entrado la tercera hembra en liza, sin duda cansada como todos los demás, incluidos nosotros. “Vale, chica, basta!!”, parece decirle. De modo que van en fila india. Delante la negra escapando y cabeza gacha. Sigue la cansina intentando picotearla, luego en tercer lugar  otra  hembra negra, mayor al parecer, que quiere imponer su criterio, y finalmente el macho, que se pavonea, parece decirle que basta, pero no pasa nada.

De modo que…en cualquier momento, el pavo macho demuestra su poderío, pilla a la blanca y la monta. Le está lastimando los flancos, seguramente por la continuidad de la cosa.

Solamente para que sepa que él es el amo del corral. La blanca grita, chilla, pero él a lo suyo. Y luego, más tarde, vuelta a comenzar…

El gallo no puede decir lo mismo, aunque intenta cumplir su cometido, pero está muy traumatizado. Ha pasado por una escabechina de gallinas que uno de los perros montó un día…23 gallinas se sacudió de una tacada. Se volvió loco, simplemente. Es un perro lobo precioso, con un ojo gris acerado claro y otro marrón. Te da un poco de grima mirarlo. Por lo demás es un pedazo de pan…salvo si se vuelve loco, al parecer.

Total, que el gallo quedó con un trauma que no se puede quitar, y en cualquier lugar se tumba y esconde la cabeza, tipo avestruz. Como para no aceptar la realidad circundante.

Que  desde que llegué, se agrandó animalmente.

Hay ya unos 30 patitos, dos gallinas están cluecas y saldrán de fecha en unos 10 días, (20 posibles pollos nuevos), también  dos patas echadas, una con un nido malogrado, seguramente por una gran tormenta que mató también ocho o diez patitos pequeñitos, recién nacidos. Otra que recién empieza.

-Es que eso es lo normal en esta época – me dicen -. Y espera, que recién empezó el verano.

Imagino que al final, hay una especie de cosecha final de animalejos de todo calibre, que van a parar al congelador. Hace un par de días nos comimos un pato enorme, de un  par de kilos largos, que salió de ese congelador, el cual parece ser  un poco el Cuerno de la Abundancia.

Pero los animales domésticos no se terminan con los bichejos del Gran Corral (OK Corral?), ya que en la parte de atrás, en algún lugar, hay una tortuga enorme, que se ha perdido, en los huertos hay varios sapos, sapitos y ranitas, que vinieron de la piscina. El agua no se mantiene con cloro, sino con agua oxigenada de alto volumen y cosas similares, de modo que los animales viven allí. Hubo una ranita que desapareció un día, que vivía en el tubo de la aspiradora-barredora. Y de allí salieron un montón de renacuajos, que se transformaron en pequeños sapitos, y fueron luego a poblar los huertos, para combatir depredadores.

Y el otro día me encontré con una especie rara de salamandra, de la cual no conozco el nombre. Se trata de una especie que solamente tiene dos patas delanteras, y repta como una `pequeña serpiente. (También me encontré con una culebra pequeña el otro día, dentro de los ladrillos apilados en el patio trasero).

Las lagartijas juegan con sus colores al sol. Son muy estilizadas, con franjas multicolores a ambos lados del cuerpo, y por lo visto, bastante civilizadas, se te dejan acercar bastante.

Las mariposas muy variadas. Incluso he encontrado algunas Monarcas difíciles de ver, con una especie de alerón trasero al estilo de las avionetas, e incluso una con tendencias suicidas, porque la saqué de la piscina 4 veces, y cuando levantaba el vuelo volvía a caer en picado dentro del agua.

 

Y otra vez al rescate.

 

Muchas mariposas comunes, de variados colores. Es la temporada, y se nota que les gustan estos sitios libres de plaguicidas, porque incluso los he encontrado en plan bandada, junto a las charcas del arroyo.

…Y mosquitos, ni les cuento. Aún sigo con las piernas acribilladas, aunque me estoy acostumbrando. Creo que finalmente dejaré de comprar amoníaco, que es lo único que me alivia en algunos momentos, cuando se “enciende” la sangre. (Pasa mucho de noche, cuando estás durmiendo tan ricamente).

Y en el bosque cercano, me he vuelto a encontrar con el pájaro carpintero grande, que tiene el pecho de un amarillo limón subido, y un canto muy particular, que permite seguirle el rastro sonoro hasta encontrarlo. Luego otro pájaro encantador, la abubilla (el “puput”, en Baleares), más los clásicos de siempre: golondrinas o vencejos, gorriones, jilgueros, algunos pequeños desconocidos que pasan simplemente, piando y cantando…. y en las charcas, aparte de los sapitos y ranas, pequeños peces y avispas picadoras, también me he encontrado con unos camarones de río, parecidos a los cangrejos. De una rapidez que ya querría Alonso para sí en su coche de carreras.

Pero la historia, aparte de comentar un poco por la variedad que existe en la granja y sus alrededores, es también porque sin duda los bichejos también prefieren un lugar donde se respeta la Naturaleza. Sin duda prefieren encontrar flores, lugares donde se les respeta y se les alienta a que se acerquen (con flores, plantas aromáticas, mucho verde).

Tal vez no sea una maravilla, porque algo parecido me ha pasado en los lugares anteriores donde me he quedado como “wwoofer”, pero tal vez no.

O quizás sea igual en otros sitios…aunque eso formará parte de otra historia…