Es increíble lo rápido que se me está pasando el tiempo.
Siempre se ha dicho que es una cuestión bastante relativa la
duración, la percepción del paso del tiempo. Ello principalmente, se dice, es
debido a la actividad desarrollada por el individuo.
Vista de Mas de les Planetes |
Los animales tienen otra concepción del tiempo, limitada a
los ciclos horarios (día-noche) o de temporada (invierno-primavera), El ser
humano quiere estar enterado en cada momento del horario, como si lo tuviese a
su disposición.
No es tal.
Nosotros somos los esclavos del horario.
Y de los días. Porque cuando llegué a Más de Les Planetes,
me había planteado una temporada de unos 15/20 días y luego continuar viaje
hacia el próximo destino, que posiblemente fuera en Alicante, donde se planeaba
una reunión tipo familia con motivo de las Fogueres de Sant Joan.
Pero las cosas cambiaron radicalmente, como suele ocurrir
cuando se planea una situación futura más o menos maleable.
En realidad, como siempre un tanto o bastante despintado, no
tenía claro que en esta fecha se hicieran las hogueras, tampoco que coincidía
con San Juan, ni que 1.000.000 de personas se esperaban por estas fechas en
Alicante.
Poniendo tutores a las tomateras |
Total, que cuando quise reservar el hotel para pasar esos
tres o cuatro días (no iría en el
motocarro, dada la peculiar situación que existe con el nuevo pistón), me
encontré con todos los lugares completos, o a precios desenfrenados,
astronómicos, imposibles para mi bolsillo…y para el de muchos.
Sigo considerando que este tipo de cambios de tarifas por la
oferta y la demanda no es ético. Si reservo esta misma noche, pasadas las
hogueras, si lo hago vía Internet y con unos días previos al momento de la
llegada, puedo conseguir una habitación por, digamos, 17/20 € . Pero si se me
ocurre en Fogueres, podría rondar los 100 . ¿¿Porqué??
Los impuestos que pagan los hoteleros se triplican en
fiestas ?. No. ¿Entonces????
Que pretenden, que les pague la temporada baja???
En fin, que me quedé sin viaje, porque cuando me ofrecieron
sitio, fue cuando la situación en Les Planetes había cambiado radicalmente.
Comparto lugar con Javier (el padre, que viene
ocasionalmente), Pepa, la dueña, y su hijo Urtzi. También una italiana, Viola,
que se está aquerenciando del lugar, del hijo y de la vida en España. Habla
estupendamente el idioma, y lleva unos ocho meses por aquí. Es una wwoofer como
yo y compartimos trabajos.
Pero ha surgido una opción de trabajo en un chiringuito de
playa, par hacer pizzas, y los chicos se han largado con viento fresco. Yo me
quedaré un tiempo más, estamos a la espera de otro wwoofer italiano, un
estudiante de agricultura que viene con mucho ánimo, al parecer, y esto hace
que el tiempo se estire.
O se acorte, porque ya hace 15 días o así que estoy aquí, y
no me entero. Únicamente cuando es viernes. No sé por qué, pero se me pasan los
días como muy rápidos. El trabajo es variado, va “in crescendo”, ahora que no
están los chicos, y todo crece.
Crece la cantidad de patos que hay, por ejemplo. No sé
cuántos eran los mayores, pero había una nidada recién nacida, con ocho
patitos. Luego nacieron 10 más, pero un temporal mató una noche a siete. Pero
han nacido otros nueve, hay una pata echada, empollado unos huevos imposibles,
y hay también un par de gallinas con
ganas.
Urtzi y Viola brindando antes de irse al chiringuito |
Crecen los tomates. Los chicos plantaron como si se fuera a
acabar el mundo, y cada día aparecen más. De momento mi labor es intentar
encañarlos todos, ponerle tutores que permitan que las plantas suban. En las
plantas pequeñas, se va delimitando a uno o dos el número de guías, de modo que
subirán a metro y medio o así. En los dos huertos posiblemente haya más de un
centenar de plantas. Además, es la temporada de plantar cosas, de modo que
Pepa, que se engolosina con los plantines, plantones o planteles, cuando va al
mercado vuelve con coles, coles forrajeras, pimientos, cebollines, boniatos,
garrafones, tomates de otro tipo (cherrys, variedades locales, cor de bou,
etc.), más lechugas variadas, zanahorias, en fin, lo que ve por allí. Ahora el
problema suele ser únicamente el lugar, de modo que vamos extendiendo el /los
huertos, a la parte trasera, donde en estos momentos está sembrada cebada y
algo de alfalfa, material verde muy necesario para los bichejos.
Crecen las peritas de
San Juan (que en Argentina conocía como peras de Navidad, pequeñas y sabrosas),
pero se acaban cayendo del árbol, porque no hay
quien las coma, ni ganas de hacer orejones.
Crecen las expectativas, porque salen del baúl viejos planes
que Pepa iba guardando para cuando hubiera tiempo (el cambio de una maceta con
higos chumbos, el terminar de plantar una yuca, el hacer un sitio de
compostaje, llevar una bañera a la zona de ocio del huerto grande, junto a un
olivo y un banco, para relajarse por las tardes, plantar cañas, juncos y
papiros junto a las fuentes, etc.). Y muchas se están cumpliendo, ya que hay un
poco de mano extra.
De manera que no me puedo quejar, excepto porque el tiempo
se me está escapando aún más rápido que de costumbre, que es normal dada mi
edad.
A los niños la relatividad del tiempo les es mucho más
lenta, pero también cada minuto es mucho más largo, considerando el tiempo que
han vivido. La rapidez se incrementa con el paso de los años, y por supuesto
que también cuando uno anda ocupado por este tipo de situaciones como la que
atravieso.
Atardecer desde el camino vecinal |
Por lo demás, no me puedo
quejar de casi nada: muy buen trato, mejor comida ( Casi no comemos carne, algo
muy usual en todos los lugares donde me encuentro, pero no la echo en falta.),
cerca del pueblo, porque la comunicación me traer problemas, pero no aquí. A
veces los mosquitos me masacran, de repente, o me corta el dedo una caña, corte
difícil y doloroso, o me dura una espina clavada que no puedo sacar…pero son
las menos de las veces las situaciones malas o negativas de este tipo. Por lo
demás, la piscina me espera, sino terminaremos de instalar la bañera de relax,
o me iré al bar Gisber a conectarme con Internet y hacerme una cervecita.
Y veremos cuánto tiempo me quedaré aquí, finalmente.
Que quizás sea motivo de otra historia….o no .
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