sábado, 9 de septiembre de 2017

Retornando...que es gerundio


Comenzar después de un pequeño interludio...sería un re-comienzo ? .Supongo que sí.
De momento, es lo que he hecho. Apuntaba en anteriores entradas en este blog las dificultades habidas durante el último tiempo. Sobretodo la de índole familiar que nos ha dejado a toda la familia tocada, muy tocada. Y ésta fue una de las causas por las cuales abandoné Las Graceas, en Jaén, enfilé el carricoche hacia el sur, y solamente me detuve para embarcar en Denia, camino de Palma de Mallorca.

El tiempo continúa su avance inexorable, y a un mes y pocos días del triste acontecimiento, las cosas comienzan a recolocarse , o al menos cada día que transcurre es un paliativo más para continuar con la aventura cotidiana y alejarnos de ese “gri-gri” que nos marcó un fatídico día 13.
Vista de la aldea de Las Graceas
Afortunadamente, todo el mundo le ha echado cara al asunto, y los ánimos van permitiendo una especie de regreso a la normalidad, entre comillas, pero que es necesario para afrontar con temple, serenidad y positivismo nuestros actos cotidianos. La vida sigue...

VOLVIENDO A LAS ANDADAS

De manera que tras unos cuantos días de reencuentro, intercambio de opiniones, lágrimas y consuelo mutuo, finalmente decidí seguir con mi aventura como voluntario, de momento, y en las cercanías , al menos geográficamente, para intentar aportar en cualquier momento lo que sea que aporte mi presencia física en relación con la familia.
Que no unicamente cercanía mental, que siempre lo físico será mucho más cercano.
Tengo también que ponerme un poco al día con las redes sociales, que últimamente tengo bastante abandonada, pero los ánimos no estaban muy boyantes para ello. Cuesta dejar ciertas cosas de lado, pero no hay otra manera, al menos por el momento.

Y me he ido de “wwoofer” a una finca ubicada a unos kilómetros de la ciudad de Manacor, cuna de Rafa Nadal y de otros ilustres, donde fui recibido con muy buena disposición por parte de Joan, su mujer Petra, y sus hijos Jordi y Laura.
En esos momentos también se encontraba Chloe, una voluntaria inglesa de veinte y pocos años, con quien tuve oportunidad de compartir tareas, comidas y charlas durante un cierto tiempo, hasta que retornó a su Brighton natal.
Ocurrió una coincidencia curiosa durante su estadía. Yo leí en esos momentos un libro de Patricia Highsmith, titulado “Crímenes imaginarios”, que había tomado de una bien provista biblioteca con que contamos en nuestra cocina-comedor-salón. Uno de los temas principales de la novale ocurría precisamente en Brighton y en algunas poblaciones de los alrededores , muchos de los cuales Chloe conocía de sobra, así como indicaciones de calles y avenidas, o barrios donde transcurría dicha novela. La novelista estab bien documentada, al parecer.

Bien. El caso es que me encontré nuevamente trabajando en un par de huertos que el matrimonio cuenta en un lugar cercana a la vivienda, a unos dos o tres kilómetros de Manacor, y seis o siete del sitio donde estamos.
Mallorca y demás islas del archipiélago
Como en muchas otras ocasiones, los productos de dichos huertos son vendidos directamente al consumidor, en mercadillos o puestos ecológicos, y en este taco también, en un mercado bisemanal que se instala en la denominada Plaza de los Patines, en la capital mallorquina. De manera que dos veces por semana, se trabaja más intensamente el día anterior, en la recolección, preparación y carga de una furgoneta que muchas veces me asombra por el cálculo al milímetro en la disposición de la carga. En una ocasión, hubo que colocar la Renault Master en una bajante, para que se pudieran cerrar las puertas traseras, cargada hasta los topes como iba.

He conocido la venta en mercados, ya que durante muchos años realicé ese tipo de actividad. Levantarse al alba, o antes (en este caso salen poco después de las cinco de la mañana), para recorrer los 30 ó 40 kilómetros que le separan de Palma, montar el puesto, preparar la mercanciía y vender, o intentar hacerlo, durante toda la mañana, hasta pasado el mediodía. Trabajo a la inversa, desmontar el puesto y cargar, y llegar a tu casa a las 3 ó 4 de la tarde.Ducha, comida y siesta obligatoria para reponer fuerzas.

VEREMOS QUÉ OCURRE

Así, varios días a la semana. Dos de mercado efectivo, y dos de duro trabajo anterior. Y el resto… sembrar, recolectar, regar, cuidar animales, limpiar, ensacar productos, quitar hierbas, pasar escardillo, abonar tierras, y los mil un detalles que jalonan la labor del campo.
Esto es un aviso para navegantes. Hay muchas personas que habitualmente viven en ciudades, que quieren, a través del voluntariado, conocer la vida en el campo. Solamente les digo que suele ser dura...y en ocasiones muy dura. Pero asimismo muy gratificante, si te gusta la tierra, las labores agrícolas y hortelanas, los amaneceres y atardeceres en paz y tranquilidad, en una íntima comunión con el Universo.
Una vista en las cercanías del huerto
La finca se corresponde con el lugar donde está ubicada. Viviendas en piedra vista, el material que más abunda por estos lares, sobrio y confortable a la vez, conviviendo con personas parcas en palabras y gestos, como corresponde a mucha gente del campo. Los huertos están en una tierra más amable, con menos piedras y más humedad, y las tareas son menos enérgicas, o al menos de índole menor a algunos sitios por donde he andado.
Ambiente típicamente mediterráneo, donde nos hacemos nuestra propia comida, pero siempre provistos de adecuado avituallamiento por parte de los propietarios. Y melones y sandía a manta. Creo que en pocas ocasiones, si es que ha habido alguna, en las cuales he despachado tantos melones y sandías. Sobre todo los primeros, deliciosos y variados. Incluso en muchas oportunidades, a la hora de terminar la faena, nos reunimos bajo un árbol a degustar algún melón en compañía, e intercambiar opiniones sobre el trabajo o la vida cotidiana, el tiempo y sus circunstancias.

Chloe se acaba de marchar, y soy el único voluntario en estos momentos, lo cual podría incidir en el hecho de prolongar mi estancia un cierto tiempo. Si fuera así, tengo apalabrada otra finca para el mes que viene cercana a la localidad de Campos, sobre la cual tendré que concretar próximamente sobre mi presencia allí, o de lo contrario comenzar a pensar en la probabilidad de continuar como “wwoofer” en alguna finca de la península o de otras islas vecinas.


Pero esto puede ser motivo de otra historia...o no.


jueves, 10 de agosto de 2017

De vuelta a la casilla de salida



Todo tiene un final, y como tal, está finalizando esta escapada, esta pequeña aventura que ya dura unos dos años y medio.
Bailes regionales en Bea del Segura
Al menos creo que termina el viaje en motocarro. El pequeño está un tanto agotado, y se nota. Hemos hecho juntos unos 8.000 kilómetros, y no está nada mal. Cierto es que a poco tiempo de tenerlo le voló el pistón, pero eso era porque pensaba entonces que tenía uno coche, y no una moto, de modo que le daba mucha caña. Como decía la canción del pequeño Marcos, “...suben y bajan montañas”… y el cacharrito se esforzaba, sin más. Pero cuando dio todo lo que pudo dijo basta!, y allí nos quedamos estancados, en algún lugar olvidado de la España profunda.
Pero salvo ese inconveniente, ha demostrado en mucho su valía.
El aviso de una desgracia familiar aceleró este retorno, y en estos momentos estoy a bordo del “Bahamas Mama”, esperando la salida hacia Palma de Mallorca.

JAEN, MI (casi) ULTIMO DESTINO

Me costó despedirme de Joselu en Las Graceas, una pequeña aldea con ánimo de retornar a su antiguo esplendor, para ser reconvertida en un lugar sostenible, viviendo quizás mayoritariamente de la artesanía, aunque hay muchos terrenos que esperan la llegada del agua para ser convertidos en huertos, corrales de animales, gallineros, plantaciones diversas y otros usos habituales del campo.
De momento se ha restaurado una antigua casa, donde habita con su familia José Luis, alias Joselu, un sevillano saleroso, su itálica esposa Zahira, y el retoño de ambos, Nilo, que no se parece mucho al apacible río. Inquieto, vital, unicamente echa en falta otros niños en la aldea para poder armar algún hipotético equipo de fútbol, por el que siente verdadera pasión.

Y cuando digo que me costó despedirme, es porque nunca mejor dicho, porque esta familia me hizo partícipe de su casa y de sus cosas, lo cual hizo que de inmediato pareciera un viejo amigo de muchos años.
Y cuando me vieron flaquear en momentos duros de esta pérdida familiar, allí encontré una mano en el hombro, una reflexión calmante, una discreción total. De modo que cuando tuve el pasaje en mis manos, y la fecha de partida de este barco que ahora justamente tiembla mientras se aparta del muelle, noté un cierto desasosiego por finalizar esta etapa.

Lo he pasado muy bien con ellos, con sus amigos, con la gente que aún vive en la aldea, o quienes he conocido en algunos salidas o visitas. El resto del tiempo, unas horas de trabajo, desescombrando, moviendo piedras, apilando leña, acarreando arena o colaborando en la terminación del techado de una nueva casa para un mexicano al que conocí y compartí habitación un tiempo, Jaime. Una máquina excava y quita piedras de una tercera vivienda, de modo que poco a poco se va cumpliendo el proyecto que se traen entre manos. Revitalizar y hacer sostenible un pequeño pueblo casi abandonado.

RETORNO A LA CASILLA DE SALIDA

Un descanso en el camino...a la sombra
Y aquí me encuentro, nuevamente en el lugar donde hace tiempo tomé el barco con otras intenciones. La experiencia ha sido maravillosa, al menos desde mi punto de vista. Mucho aprendizaje, unas cuantas horas de trabajo duro, trabajo de campo, relaciones nuevas, conocimiento de culturas locales, y ayuda para que la ecología no se deteriore tan rápidamente.
Es solo un grano de arena en la inmensidad de la playa, pero muchos granos hacen finalmente esta playa, y la labor local puede repercutir luego globalmente. Cuantos más seamos, más aportaremos,

He pasado los primeros días con la familia, intentando reconstruir los trozos que una pérdida así deja. No sé cuál será mi labor en este asunto, pero aquí estoy. Comienzo a encontrarme con viejas relaciones, creando nuevos vínculos, intentando amoldarme a la vida en una ciudad.
Me está costando mucho. La isla está como cada verano, saturada de personas que buscan pasar unas vacaciones inolvidables, y la gente y la isla se presta para ello. Algunos intentan poner puertas al campo, pero se deben olvidar que aquí se vive unicamente del turismo, de alguna manera, y que poner piedras en el camino tan sólo consigue que ese camino no se vuelva a utilizar.

Cena en las Graceas con Juanlu,Zahira y Jaime
Entre los contactos encuentro posibilidades de hacerme con un huerto. También volver al voluntariado en Cruz Roja, conseguir un terreno para huerto...pero tropiezo con el tema alquileres, porque está imposible para mi corta pensión. Necesitaría dos iguales para pagar un alquiler. Los fondos buitres planean sobre la isla, y adquieren todo lo que se pone a su alcance. Los bancos tienen parados sus pisos vacíos, y siguen haciéndose con más, porque continúan los desahucios. El problema , como siempre, es para el que tiene pocos recursos. Los ricos siempre serán más ricos.

Y me cuesta amoldarme al ritmo rápido de la ciudad. Acostumbrado este tiempo al campo y las mariposas, el asfalto y los transportes no me van mucho. Me había olvidado del clima, caluroso y pegajoso en este tiempo. Y aquí está, por todas partes.

PERO SIGO DE WWOOFER

Entretanto, he conectado con una granja cerca de la ciudad de Manacor, donde pasaré unos días como voluntario a partir del 15. Así veré realmente si puedo quedarme o continuar, aunque sea mochila al hombro, con los sitios ecológicos.

Tengo aparcado en Binissalem, una pequeña población donde vive una de mis hijas, el motocarro. Le estoy dando unas merecidas vacaciones a él también, y de paso, beneficiarme del transporte público mientras hago conexiones. También necesita revisiones, que se las iré haciendo “poc a poc”.

Descanso merecido
Y ya se verá. De momento, la idea general continúa, ya sea establecido nuevamente en Mallorca, o haciendo nuevos caminos. Existe una vertiente, que es la posibilidad de establecer base aquí, y luego manejarme en la península como “wwoofer”, esporádicamente. No será un viaje europeo, pero me compensará el hecho de que no me permitan salir más de 90 días mientras cobre la pensión no contributiva...si es que me la devuelven, que hace tres meses me cortaron los suministros.
Pero los estamentos oficiales no comprenden – de momento – que se puede intentar vivir una vida más saludable y activa, de colaboración y apoyo al medio ambiente, aún cobrando una mínima pensión.
...y que me quiten lo bailao!!!

En fin, que a perro flaco le sobran pulgas, pero con entereza y positividad siempre se sale adelante.
De momento, preparado para mi próxima experiencia en el mismo campo.


Pero esto será posiblemente tema para otra historia...o no.



miércoles, 19 de julio de 2017

En tierras del olivo..y quizás punto final



Me encuentro  pasando un cierto tiempo en una aldea destruída-reconstruida en las inmediaciones del Parque nacional de Cazorla, junto a las montañas del mismo nombre.
Vista general de la aldea Las Graceas
Se llama Las Graceas, nombre derivado de “Agraciadas”, y está enclavada en las montañas cercanas al parque citado, en la provincia de Jaén. He vuelto a la comunidad andaluza después de mi estancia en Ciudad Real, breve pero muy intensa, y ahora sigo hacia abajo, camino finalmente de Palma de Mallorca.

Creo que el viaje ha acabado por ahora. Pensaba seguir hacia el norte portugués, y en otra ocasión he manifestado lo de las señales que me indicaban que no, que no era ese el camino, y como generalmente suelo hacer cosas a este tipo de intuición, anticipación, freno o como usted quiera llamarle, me avengo a ello y trato de remodelar la cosa.
Desgraciadamente, estas señales que me indicaban un regreso no estaban equivocadas para nada.

MOMENTOS DUROS

Mi familia y yo estamos hechos polvo, literalmente.

Vista de la aldea, la escuela-iglesia, y vecinos
Esperábamos con ansia la llegada de una nieta, que fatalmente no alcanzó a nacer. El choque ha sido brutal, inesperado y letal. Nadie se encuentra preparado para un acontecimiento así, a horas de lo que esperábamos un nacimiento feliz. No lo ha sido, y la muerte fulminante nos deja destrozados.
De modo que mañana por la mañana emprendo el viaje nuevamente, esta vez con destino final en Denia, Alicante, desde donde tomaré un barco hacia Palma. Ahora siento que mi lugar está allí, con los míos, intentando superar de la mejor manera posible este mal trago.

Así que de momento, la aventura europea se reduce a una aventurilla en la península ibérica, y a dos años y medio de mi partida debo retornar. Espero que mi presencia ayude de algo, como consuelo, presencia, fortaleza, lo que se pueda dar, para que podamos retornar a una senda más o menos normal.
He tenido, particularmente, la suerte de contar con el apoyo de una hermosa familia: Juanlu, un sevillano viajado y de vuelta de muchas historias, comprensivo como el que más, Zahira, su esposa italiana, un carácter bondadoso con la cual, al igual que con Juanlu, he compartido lágrimas, charlas, silencios y discreción a tope. Y Nilo, un hermoso niño de siete años que me ha hecho muchas tardes más placenteras y soportables.

Y eso que ellos vivían-viven, su propio drama familiar: el padre de Juanlu se ha roto la cadera, 85 años, diabetes, diálisis y más situaciones comprometidas, como eśta que esperamos supere, porque cuando estoy escribiendo esto, en mi último día en Las Graceas, recién está recuperando consciencia y alguna movilidad.
Por eso todos tendrán mi agradecimiento de por vida, porque entre todos hemos intentado tener positividad, echarle cara a los asuntos penosos e intentar salir del pozo de la mejor manera posible.

MI VIDA EN LAS GRACEAS
Jaime y Juanlu colocando tejas con paja

He pasado algo así como mes y medio en labores de bioconstrucción, reparando, construyendo y echando un cable en lo que se pudiera, en una aldea pequeña, prácticamente despoblada que Juanlu y algunos pocos más, de momento, intentan reflotar.

El último toque. Techo acabado
Tienen un proyecto a largo plazo, que comenzó con la reconstrucción parcial de la casa de este matrimonio, la construcción de una vivienda para un mexicano, Jaime, que intentaba abrirse camino con la posibilidad de tener casa y terreno por muy poco dinero, e intervenir en el proyecto final de formar una especie de comunidad abierta, artesana y sostenible. Mucho trabajo, pocos resultados por el momento, pero se van haciendo cosas. 

Hay planificados huertos, reconstrucción de viviendas olvidadas y medio derruidas, en una elevación de 700 metros junto a la localidad de Puente de Génave, a escasos cuatro kilómetros del Parque de Cazorla. 
Tiene muchas cosas a su favor, como la ubicación a pie de carretera, agua y luz, casas que pueden ser reconstruidas, hospital comarcal a 2 kilómetros, dos o tres poblaciones a no más de 6/8 kilómetros, apoyo de las autoridades locales, de técnicos, abogados, etc. Lo que menciono, un proyecto a unos cinco años vista, donde cualquier persona con inquietudes similares es bienvenida.

Movemos piedras, limpiamos terrenos, apaleamos arena, tierras para siembra, se preparan bancales para huertos, se plantea la posibilidad de una escuela, aunque un autobús lleva a Nilo cada mañana al cole, pasa a recoger otros niños de aldeas cercanas, y vuelven después de la comida, todo por cuenta de la Junta de Andalucía.

Es una gran posibilidad para matrimonios con hijos, o personas aisladas, tanto da, que quieran asentarse en un buen lugar con poco dinero, y muchas probabilidad de auto sustento, reconocimiento de la madre Naturaleza y siempre desde la óptica de protección y potenciación del medio ambiente.

 
La retro moviendo piedras de un nuevo asentamiento
Espero que los planes salgan, porque son gente que se lo merece. A poco que tengan el apoyo de las autoridades, el Centro Social, la antigua escuela, la plantación de árboles y espacio de recreo para los habitantes, se irá haciendo realidad. De momento se está creando una asociación para contar con mayor fuerza, y se cuenta con ayuda de profesionales locales que intentan que esta aldea recupere el esplendor de otros tiempos, y si es posible, lo supere.

De momento, preparo el motocarro para hacer los más de 300 kilómetros que me separan del ferry que me llevará a otras situaciones, pero la vida nunca suele venir como uno la espera. Será cuestión de ir viendo, paso a paso, como se desarrollan los acontecimientos.

Pero eso será tema de otra historia...o no.

sábado, 15 de julio de 2017

Por tierras del Quijote





He salido finalmente de tierras portuguesas, para reencontrarme nuevamente con la región extremeña . Acabo de estar unos días en el Valle de Quixo, donde me he reencontrado con Bruno y Zé, dos amigos con quienes viví una temporada en el momento de entrar en Portugal.
Los restos romanos jalonan el camino
Fallido mi intento de continuar hacia el norte, he decidido utilizar la misma ruta de entrada para retornar a España. Quizás la suerte me ha acompañado un tanto, porque lo cierto es que Portugal se ha visto envuelta en una ola de incendios muy dramática en la zona donde tenía un posible destino, cercano a Coimbra. Allí murieron muchas personas atrapadas en sus coches cuando intentaban huir de las llamas. Es un golpe del cual costará recuperarse, porque aparte de las miles de hectáreas que fueron pasto de las llamas, el incendio principal acabó con una treintena de personas.

Quizás lo que las señales estaban indicando que más me valía no ir hacia el norte. Toda una serie de inconvenientes se habían coaligado días antes y ello fue lo que me indicó que probablemente lo mejor era retornar a España, e incluso abandonar esta aventura. El motocarro se queja, pero va devorando kilómetros y kilómetros. Me estoy acercando a la frontera luso-española, camino de Badajoz. Dejo la Huerta de Zé, con la satisfacción de saber que allí más que una granja ecológica más, lo que dejo son algunos amigos y muchas experiencias vividas, paso por Alcacer do Sal, donde me detengo a hacer mi último cafetito en mi bar favorito, me quedo con ganas de comer algo en una fonda conocida, pero es de mañana aún, la carretera espera y voy un poco en vilo, porque ignoro si el motocarro seguirá respondiendo.

EN TIERRAS EXTREMEÑAS

Sin transición, y casi sin darme cuenta, paso la frontera y me acerco a Badajoz, que queda pegada a la línea divisoria. Cambia un tanto la carretera, para mejor, pero eso es todo. Incluso en el primer lugar que me detengo he de hacer un esfuerzo para cambiar el chip e incorporar mi idioma.
-Estás en España! No teins que falhar mais portugueis !!!
Lástima. Me ha gustado mucho la cadencia y la posibilidad que he tenido de hablar en un nuevo idioma. También el ver que se cierra un capítulo de varios meses por tierras lusitanas, primero en Alentejo, la región central, posteriormente en el Algarve, más al sur, lindando con el mar, y retorno a Alentejo como vía de salida.
Me ha sorprendido muy agradablemente Portugal. Entiendo que en España se habla poco del país vecino, y viceversa, pero es algo que no debiera ocurrir, porque tanto uno como otro son países colindantes, sus costumbres parecidas, los paisajes pueden rivalizar unos con otros sin ningún menoscabo, y las culturas no difieren mucho unas de otras. He estado más que nada en poblaciones pequeñas, pero creo que la gente de Portugal tiene una amabilidad innata, una cierta tranquilidad, o una pausa menor que la extremeña o andaluza, que los hace gozar de un encanto notable.
Placa de la Ruta del Quijote
Ahora vuelvo camino de Mérida, donde he quedado con la gente de Tierra Viva, otra granja ecológica, para pasar unos días. Allí estuve por finales de año, quizás, y Rafa, Paco y los demás, me reciben con alegría. Es más, llegué tarde a Mérida, de modo que decidí pasar la noche en el motocarro junto a un paseo ribereño. Temprano en la mañana, una serie de golpes en la carrocería me despirtan :
-Venga ya, que es hora!!!
-Que pasa, qué pasa??- adormilado, me deslizo hacia el exterior.
Paco, sonriente, me abraza :
-Vi el motocarro y me dije: “Es el de Ricardo!!” . Venga, vamos a hacer un café!!
De modo que me arrastró hacia un bareto cercano, charlamos y nos hicimos unos cafés con leche mientras Paco me ponía al día con las novedades de la huerta. Luego se fue a pintar algo para una vecina, algo que siempre está haciendo, y no sé si tiene muchas vecinas, o siempre pinta lo mismo.
Yo me dirijo a la huerta, y quedamos en encontrarnos más tarde por allí…
Paso algunos días muy buenos con estos amigos. Rafa, Paco, Guille, toda la gente por allí, incluida la hija de Rafa, que se ha ido a vivir al campo, para intentar montar una escuela alternativa. Ya trabaja en una, pero quiere tener un centro propio, y este lugar es ideal. Cercano a la capital, con animales, plantas, huerta, terreno y elementos de la Naturaleza, pueden hacer de ese centro escolar una buena escuela alternativa.
Pero tengo que seguir viaje, y mi destino es ahora Castilla La Mancha. Salgo de tierras extremeñas y continúo carretera adelante hacia la capital . Contacto allí con una bibliotecaria de Almagro, que precisamente tiene una amiga profesora que necesita un cable en un pequeño huerto escolar.
No es la primera vez que me encuentro delante de un grupo de niños que quieren plantar, contactar con la tierra, ver como crecen las plantas y observar con esos ojos curiosos que solamente tienen los niños, el desarrollo de la vida vegetal.
Es un elemento reconfortante. Entiendo que para que haya un amor hacia la naturaleza, lo mejor es que los niños se acerquen e interactúen con ella desde la infancia. Así se puede desarrollar un respeto, un cariño y quizás una continuidad con la madre Natura. Y al menos se le da a conocer que existen otros caminos que no es el consumismo desenfrenado, la tele basura o las chuches de plástico.
Se complementa con un desayuno-merienda a base de zumos naturales, tomates y frutas que han sido cultivadas sin pesticidas, matahierbas ni elementos extraños y que solamente buscan producir, aunque el resultado no sea bueno. Este colegio cuida asimismo de una alimentación saludable en su comedor, por lo cual los niños no muestran extrañeza ante esos bocadillos de pan con tomate, frutas, zumos y quesos artesanos.

POR LA RUTA DEL QUIJOTE

Por todos lados la figura del Quijote
Me encuentro de lleno con la ruta del Quijote. Comienzo a ver las placas que así lo indican, y muchos nombres de establecimientos guardan relación con la figura desgarbada y su rozagante escudero. A medida que me voy alejando de la capital castellana, podría esperar que en cualquier esquina me apareciera ese aventurero montado en su Rocinante, lanza en ristre , rostro anguloso y yelmo de manufactura casera y curiosa.
Paso por Cúzar, una población sin mucho renombre ni cosas que descubrir, pero me detengo a hacer noche y de paso tomar un par de fotos de la Ruta de Don Quijote, clavada en un muro de un calle de nombre muy honorable asimismo : Antonio Machado.
Junto a la parada del bus, me detengo cuando las sombras se alargan, y así puedo entablar conversación con algunos vecinos que sacan sus sillas a la calle para charlar a la fresca.
El calor empieza a apretar, y voy camino de Jaén, donde la curiosidad me lleva, contando con la aceptación de alguien que intenta rehabilitar una aldea abandonada.
Me parece algo digno de elogio, en un momento en que España cuenta con la mayor cantidad de pueblos abandonados, aldeas, aldehuelas y pequeños núcleos en medio del campo, cuyos moradores han ido desapareciendo rumbo a la ciudad. Se van los jóvenes, quedan los viejos unicamente, finalmente estos también desaparecen y las casas, los árboles, las calles, comienzan un declive hacia su desaparición.

En medio de todo ello, me sigo preguntando si esto es el final del viaje. Me da la sensación de que así es. Debo retornar a Palma, intentar recuperar una pensión retenida, mi hija está a punto de dar a luz, el motocarro sigue aguantando pero es evidente que al cabo de estos dos años y medio el camino está dejando huella en él, y Jaén parece ser un buen capítulo más en esta historia de un vagabundeo como voluntario.
De manera que enfilo por carreteras pequeñas hacia Jaén, para volver a la región andaluza y dejar atrás los pasos que Don Quijote podría haber hecho físicamente hace centurias.

Pero eso será parte de otra historia...o no.

domingo, 2 de julio de 2017

Esas extrañas señales...


Me ha ocurrido un tanto lo que la canción de la paloma que se equivocaba….ella pensó que era el sur, se equivocaba,,,,

Despedida Jaap,Renée, Tom, Claudia y Mariona
En mi caso, pensaba que iba hacia el norte, y me equivocaba. Estaba cambiando de lugar de destino en la región del Alentejo, en Portugal, después de haber abandonado el sur, la otra gran región portuguesa, el Algarve. Como pasaba cerca de casa de Zé, uno de los anteriores lugares donde estaba, pensé en ir a visitarles. Me esperaba un largo recorrido, hasta quizás, un sitio cercano a Lisboa. Había andado quizás un centenar de kilómetros, y comenzaron a llegar esas extrañas señales, que a veces hacen torcer el rumbo de la vida que uno lleva.

Debo decir que soy en ese sentido, tal vez un tanto psicótico, crédulo o supersticioso. Tl vez haya mucha gente que se maneja así, a golpe de timón, negociando las olas, como solía decir mi cuñado Andrés hablando de “Ringa” su pequeña barquita donde tantos sábados de madrugada salíamos rumbo a la mar, en excursiones de pesca.

Pero me dejo llevar por esos vientos que la vida te manda, y no me ha ido muy mal desde hace muchos años. Quizás sea porque uno se maneja en la inestabilidad, en ese mundo un tanto ambivalente entre la necesidad de seguridad cotidiana y la realidad, que en ocasiones es otra.
Vista desde el baño seco de Michael
Y eso de “negociar las olas” se puede aplicar muy bien a todos los órdenes de la vida, incluida la vida misma. Negociar es dejar que la barca misma elija su camino, con un poco de ayuda del timón, el cruce de la ola, un sesgo hacia la izquierda o derecha para no chocar de frente.
Creo que entenderán.
La vida, quizás la mayoría de las veces, te hace virar hacia un costado para no darte de frente contra un muro. En muchísimas ocasiones existen señales previas, que hay que tener en cuenta, aquilatar, sopesar, y sobre todo estar alerta por si aparecen…

Y APARECIERON

Había solicitado quizás, cuatro o cinco nuevos destinos de voluntariado, en lugares que se encontraban en la mitad de Portugal, aproximadamente en la zona cercana a Lisboa, para que nos entendamos mapa en ristre.
Normalmente, solicito previamente hacer de “Wwoofer” en dos o tres sitios, no más. Considero que uno debe tener cierta responsabilidad en esto, porque no puedes pedir que te tengan un tiempo en una granja ecológica para luego dejar a alguien en la estacada si te acepta y tú no apareces. En ocasiones, me han dicho que ni siquiera envían un mensaje diciendo que finalmente no irán.
Y viceversa, porque muchas veces los voluntarios se quedan si ninguna respuesta.
Que es lo que me ocurrió de repente. Nadie me respondió.
Algo muy curioso, un tanto preocupante cuando te manejas sin saber a ciencia cierta para dónde te llevará este tipo de situación. Porque existe también la confianza, y no es arma menor.
Pues héte aquí que estoy en camino, y silencio total. Mala cosa.
El motocarro me dice que anda cansado. He notado últimamente un cierto desgano en su forma de caminar. Sé que muchos se reirán, pero llega un momento que entre hombre y máquina existe una especie de comunión, de compincheo que te hace hablarle, pegarle un golpecito amistoso y darle las gracias al llegar a un lugar, vamos, como si se tratara de otra persona o de un animal que quizás no comprenda, pero comparte una situación.
En mi caso, siempre he hablado con las cosas inanimadas, como puedo hacerlo con un insecto, una planta o una flor.

¿Qué estoy medio loco?. Mi familia creo que tiene esa seguridad…

Paso por Campología y visto amigos
De todas maneras, cuido y le agradezco a mi “cacharro” el que me transporte, me lleve y me traiga, ...e incluso a veces, quizás sí quizás no, noto cierta alegría en su forma de andar, más sosegada, más alegre, más descansada, como con ganas de hacer carretera...o tal vez no ocurra eso, pero así es como me parece que sucede.

Volviendo a lo de las señales, este estrés en el cacharro era una señal. Ya me ocurrió antes , en algunas ocasiones, en las cuales había problemas mecánicos, o caminos difíciles, que se detectaban luego.
Primero, las señales.
Me informan que tengo problemas con la pensión, y que me la retendrán. Presentación pasaporte en mano para saber por dónde ando. Al parecer, no puedo salir más de tres meses de España si cobro una no contributiva en España. Algo así como prisionero en mi propio país.
De modo que tendré que presentarme, volver a repetir lo mismo sobre mi voluntariado, que muchos funcionarios no entienden. Ya me ha pasado algo similar hace unos meses, y me retuvieron otra vez la pensión. ¿Qué es eso de andar viajando a su edad, con esa ridícula pensión como única entrada y encima parece que lo pasa de miedo????..
Venga, explícate.
Así que tendré que presentarme y llevar mi pasaporte, que no mi DNI español, y someterme a su interrogatorio para que me siga fluyendo el dulce néctar del dinero….
Luego, lo más inquietante.
He enviado solicitudes a tres posibles destinos, No me han contestado. Envío una cuarta, y finalmente una quinta. Silencio total.

-¿Que pasa, señores de las granjas que solicitan voluntarios? ¿ No tienen tiempo de responder con un sí o un no a quien se toma su tiempo para enviar currículum, a veces foto incluida y decir si tienen o si les interesa un wwoofer?. Parece que no, y eso me molesta bastante. La responsabilidad de este tipo de trabajo tiene que ser compartida.

Bueno, quizás me dicen que Portugal se ha terminado. Es algo a considerar.
De modo que inicio igualmente mi camino hacia el norte. Salgo de Meijilhoneira Grande, donde había estado con amigos en la región del Algarve y llego hasta Odemira. Viajo acompañado. Me he reencontrado con Isés, una voluntaria francesa con la que compartí tiempo en una granja. Subimos su bicicleta y nos largamos hacia Odemira. Allí nos despedimos, ella se va hacia San Luis a conocer y visitar gente. Volverá luego a Portimao y en estos momentos retorna a su actividad como marinera, viajando en un barco hacia Tolón, Francia.
Au revoir, Inés et bon voyage
Yo sigo hacia arriba, camino de las cercanías de Lisboa. Entro en la región de Alentejo y me desvío por la “Carretera de la muerte”, la IC1, llena de pozos, de accidentes, con la carretera en muy mal estado, camino de otros amigos.

Mi idea es que si debía abandonar Portugal, volvería por Extremadura. De modo que me voy hacia Grandola, luego hacia el Valle de Guizo, y me encuentro con mis amigos en la Horta do Zé, mi primer destino portugués. Allí me paso un par de días con Zé Orantes y Bruno, María, Rosa María y José Luis, entre otros. Son gente estupenda, y pasamos un par de días muy buenos, tranquilos. Me conecto entretanto con otros posibles destinos, y Oh, Sorpresa!!...me encuentro con una respuesta de una granja en el norte, pero me que queda a 450 kms. Está en las cercanías de Coimbra, tirando hacia Serra do Estrela, donde esperaba recalar.
Allí Ana, la madre de Inés, la wwoofer que he dejado pedaleando por Odemira, tiene unas tierras que quiere recuperar. Pero me queda bastante alejado y el cacharro está remiso. Quizás igual que el dueño, a recorrer esa distancia. Para mí representa algunos días de viaje.
No he contactado con Ana, que vive en París y se desplazaría en julio hasta Portugal, tengo que intentar volver a Palma, mi niña pequeña está a punto de dar a luz y hacerme abuelo otra vez, estoy en tierra de nadie, la batería no quiere cargar, tengo que enchufar el cacharro a la red eléctrica como
si fuera un verdadero vehículo eléctrico, cosa nada fácil cuando estás viajando. No existen enchufes en las calles.
Existen otros problemas, como cargar un móvil o un ordenador. También precisan corriente, pero me las arreglaba con un cargador enchufado al motocarro, que iba recargando aparatos durante el viaje. Ahora, si lo hago, me quedo sin arrancar. Dilema, móvil cargado o vehículo en marcha.
No he podido conseguir un mecánico portugués que me mire si es el alternador, el condensador o lo que fuese. La batería es nueva, porque me dijeron la primera vez que tuve dificultades, que ése era el origen del problema, y no lo fue.
De modo que en viaje, con todo descargado, rezando por que arranque la próxima vez.

Y ALGO PEOR

En un momento dado, viajando por esos lares lusitanos, me equivoco de carril, de ruta o no tenía señales que mostraban correctamente la carretera a tomar. Eso me ha pasado más de una vez anteriormente, y lo expliqué en un artículo anterior.
En algunas comunidades, aprovechan una ruta nacional, comarcal o autonómica para construir una autovía. Amplían los márgenes, reutilizan la ruta anterior y montan la autovía.
Pero se olvidan de quitar los carteles anteriores. De modo que tú vas tranquilamente, miras el cartel que te indica que siguiendo recto continúas por la Ruta Nacional X, sigues un par de kilómetros y Zas!! te metes de lleno en una autovía.
La primera vez que me ocurrió en las inmediaciones de Alcaçer do Sal, en Portugal, me encontré embotellado en un lugar sin retorno. Aparqué, bajé del cacharro y fui a hablar con quienes cobran el peaje. Tienen un aparatito muy mono, que toca un botón y esperas. Alguien te responde y explicas el asunto en cuestión.
Esa es la teoría.
La realidad es que tocaba y tocaba, y no respondía nadie. No podía cruzar la utopista. Todo cerrado, con quitamiedos, cercas y demás. Por supuesto, la oficina/taquilla estaba del otro lado.
Qué hacer? . No puedes volver, solamente te queda seguir adelante, y si la Guardia Republicana te para, intentar explicar qué andas haciendo por allí. Total, me dije, en la primera salida me escapo del tráfico, y retorno.
En España suelen existir salidar cada pocos kilómetros, y yo, iluso de mí, pensé que sería igual en toda la Comunidad Europea, dado que las situaciones son iguales. Craso error. Tuve que hacer 20 kilómetros pegado al arcén, dejando paso y esperando que no me lleven en volandas en alguno de esos vehículos que pasaban lanzados por mi lado. Primera salida : Grándola.
Y en medio, el motocarro se empieza a calentar. No puedo hacer nada más que continuar, pero finalmente se encalla el pistón. Frenazo total, salgo de la autopista y pongo los triángulos de aviso.
Chaleco reflectante y todo lo demás.
Alto en el camino, a la sombra, con un sol de justicia
Solamente toca esperar a que se enfríe el motor, rogar para que no se quede pegado el pistón y continuar más lentamente hasta la salida. Así estoy como una hora, luego cuelgo el triángulo en la parte trasera, porque debo ir a unos 40 kilómetros por hora como mucho, y me preparo.
Pongo ignición, arranca y meto primera. El cacharro salta alegremente hacia adelante….suspiro de alivio… No se agarrotó el pistón.
Finalmente termina el periplo dentro de la autopista. Autopista, que no autovía.
En Portugal no existen dos vías diferentes, y mi cacharro no puede transitar por la autovía. Es lo que me pregunta la empleada del peaje al cobrarme:

-Pero...usted puede transitar por aquí?
-Sí, claro . Afirmo muy seguro de mí mismo – tengo matrícula blanca... (esto en España permite viajar por autovías, que no autopistas).
-Ah..bien de acuerdo. Son tres con veinte, o algo así.
Pago y salgo...tendré que hacer otros 20 kilómetros hacia atrás. Todo por un despiste, una señal mal colocada o lo que fuera. Pero este calentamiento me preocupa. La primera vez que me ocurrió tuve que cambiar el pistón.
Me vuelve a ocurrir al cabo de pocos días. Salgo de una granja, enfilo la carretera, hago tres o cuatro kilómetros y el pistón...grrrrr!!!! Otra vez.
Ahora sí que creo que no puedo o debo continuar por allí. Saldré decididamente por Badajoz, cruzaré Extremadura y a ver dónde llego..o donde quiere mi cacharrito que continúe….

Pero eso será parte de otra historia….o no



lunes, 26 de junio de 2017

Camino del norte...






He pasado por un sitio bastante curioso después de dejar Silves. Allí comentaba que estuve durante un tiempo aprendiendo los secretos de un buen vino ecológico, y luego pasé unos cuantos días con otro holandés, Frank, y su mujer Maydi.
En este último lugar, ubicado a pocos kilómetros del anterior, ayudaba en labores de jardinería sobre todo, en cuanto a mi trabajo como voluntario. Pero Frank (o Francisco), me pidió que lo ayudara con el español, ya que tiene algunos contactos y hace viajes por Centroamérica, especialmente por la zona de Panamá y Nicaragua. Me contaba su esposa que suelen pasar los inviernos por allí, y los veranos en Portugal...algo que muchos querríamos hacer. Veranito todo el año.
Los viñedos de Jaap
Pero el caso es que me encontraba muy a gusto con ellos, porque son una pareja magnífica, como lo fueron asimismo Jaap y Renéé, en el anterior sitio, y me trataban más como a un invitado que como a un wwoofer. Por ello mi agradacimiento. En realidad, en la mayoría de los lugares donde tuve el placer de estar, el trato fue muy bueno.

PERO...A SEGUIR VIAJE

De modo que cuando terminaron los días pactados, volvimos al camino con el motocarro. Esta vez dejaba el Algarve, para retornar a la región de Alentejo, más cercano a Lisboa y el centro portugués.
En casa de Frank
Me esperaba un lugar llamado “Casa dos amigos”, y cómo no, el propietario un alemán. La verdad es que solamente me encontré con un par de portugueses en este recorrido lusitano, y por lo visto no les interesa o no conocen la acción de los voluntarios, que pactan unas horas de trabajo a cambio de casa y comida, por un tiempo determinado, que muchas veces se estira a conveniencia de las dos partes...y en ocasiones también se acorta, si no hay buen “feeling” o si a uno de los dos no le gusta o las cosas no van de acuerdo a lo convenido .

El lugar estaba situado en un pequeño valle, rodeado de montañas bajas pero llenas de verde. Muchos alcornoques, uno de los principales plantíos del lugar, así como los que ahora comienzan...los eucaliptus, que son algo muy bueno para en cinco o seis años cortarlos, comercializarlos y hacer pulpa de madera para papel.
Los caminos que conducían a la vivienda, como todos los que se adentran en la floresta, llenos de baches, pozos y rodelas mal tratadas, que hacían quejarse al pobre motocarro.
Pero finalmente, despacio y con buena letra, llegamos al lugar, una casa grande. Elemental pero confortable, varias caravanas diseminadas por allí, un baño seco al que había que acceder subiendo una loma (no quiero pensar en un apretón urgente), y que ya me ha tocado en otros sitios.
Ducha también elemental, fría. Pero yo eché mano de mi ducha portátil , una bolsa negra preparada que calienta con el sol, con su grifo y una pequeña regadera, y me daba el gusto por mi cuenta, porque nunca me ha motivado el agua totalmente fría, si uno puede cambiar la situación. Solución: la ducha portátil con capacidad para unos 20 litros, más que suficiente . Nunca me gustó el agua totalmente fría, aunque no me gusta caliente, a ver si nos entendemos.

Pliun trabajando en la reconstrucción de una vivienda
La situación encontrada es que allí había otros voluntarios, una parejita de alemanes, que también venían como wwoofers, una mesa al aire libre para comer con buen tiempo, y claro, comida vegetariana. Sustanciosa, tirando a vegana, pero buena.
No echo de menos la carne, y si eso me pasa, intento tomar algo por allí, mientras visito algún pueblo. En este caso, se llamaba Reliquias, cercano a Odemira, y era pequeño , blanco y azul, con calles empedradas que subía y bajaban por todos lados. Una tapita carnívora y algún refresco, y vuelta al asunto.

Fui a visitarlo un par de veces, más que nada para conectarme, porque en la casa un poco más y tenías que entrar en el dormitorio de Michael, el propietario, para que se conectara el portátil o el móvil a la red. Y en un bar descubrí una red bastante buena, lo cual me permite mantenerme en comunicación con el mundo.

EN CASA DE MICHEL

El caso es que tenemos una granja donde se practica la permacultura, que consiste en permitir que todas las plantas sigan su curso natural, y de vez en cuando, muy de vez en cuando, se limpian los alrededores para sembrar, plantar árboles o delimitar un sendero.

Luego me enteré que Michael, el propietario, continúa la idea de Tamera, una finca excepcional de la cual había oído hablar muy bien por España, porque es un proyecto que abarca muchos campos, centrados principalmente en la sostenibilidad, la holística y la permacultura.
...y mira por dónde, Tamera estaba a pocos kilómetros de distancia, y Michael fue uno de los fundadores o participantes activos de Tamera, de modo que me propuse visitarla en cuanto tuviera tiempo.

Estoy preparando un artículo sobre ella, porque me ha parecido, después de verla, una verdadera maravilla. Lagos, parques, un aula donde se imparten enseñanzas diferentes, un campus, y muchas cosas más, entre ellas dos lagos artificiales que les permiten tener agua.

Pero me alejo de la idea general. En casa de Michael.
Pasé un par de semanas o más allí. Comenzamos por tareas generales, pero finalmente nos centramos en hacer un huerto. El lugar estaba, los canteros también, pero la hierba nos llegaba al pecho, y tuvimos que cortarla toda, descubrir de nuevo árboles frutales pequeños que estaban escondidos, preparar la tierra de los canteros y finalmente sembrar. Hortalizas en general, tomates, pimientos, lechugas, algunas coles aunque sea primavera, etc.

El trabajo era el siguiente: descubrir primero donde se encontraba el cantero, que tenía tierra preparada de antemano, pero que se encontraba escondida en lo que semejaba un pequeño valle. Segundo paso: cortar la hierba, solamente la parte que se necesitaba, y en alguna ocasión descubriendo un antiguo cantero abandonado, limpiar, plantar, regar y dejar que la Naturaleza siga su curso.
Castillo de Silves, una verdadera maravilla
Completamente diferente del anterior lugar, donde Jaap mantenía todo sin dejar que la hierba creciera. Pero eso son los pequeños grandes milagros de lo ecológico...distinta formas para lograr un mismo objetivo, el olvidarse de pesticidas químicos, la utilización de abono animal y poco más, el cuidado de las plantas para lograr mantener un planeta ya de por sí un tanto insostenible merced a la mala utilización por parte de quienes solamente quieren producción rápida, abundante y lucrativa, aunque ello conlleve la destrucción de terrenos, bosques o espacios naturales.

Allí me dejaron una caravana, y teníamos algunas ventajas sobre el mundo reinante en otros sitios:despertarnos con el canto de los pájaros, mucha naturaleza viva bullendo alrededor, plantas de todo tipo, alcornoques, encinas, mucho árbol de montana encerrado en un pequeño valle, con un arroyuelo minúsculo que proveía de agua al huerto y plantas cercanas, flores y mucha , mucha tranquilidad.

De aquí espero conseguir una de las dos alternativas: proseguir hacia el norte mi periplo, o dejar Portugal y retornar a España.

Pero eso será parte de otra historia...o no...

lunes, 15 de mayo de 2017

Vinos ecológicos...y muy buenos !!!




Me encuentro desde hace algún tiempo en una granja que produce un exquisito, debo decirlo, vino ecológico, ubicado en las afueras de Silves, ciudad cercana a Portimao y Faro, en el sur portugués.
Nadia, la madre, y Nadinne, de 5 horas de vida
Son una especie de vacaciones dentro del viaje que estoy realizando, aunque como trabajo...siempre se trabaja. Aquí hay mucho que limpiar, porque son viñedos que hay que proteger, árboles frutales, olivos, de todo un poco.

Pero se trata sobre todo  de una plantación de viñedos que iniciaron Jaap y Reneé, una pareja de holandeses afincados por ese entonces en esta zona del Algarve portugués.Y una yeguada con certificación española "Yeguada Quinta Rosa", de caballos de pura raza española, a los que seguramente habrá que cuidar. Mucho, mucho trabajo después, el lugar es una verdadera maravilla.

INICIARSE SIEMPRE CUESTA

Cuando llegaron al lugar, la finca estaba muy descuidada, y la idea que ellos tenían era muy diferente de la que llevaban a cabo sus antiguos propietarios. Un campo de naranjos, principalmente, mucho terreno baldío, cuestas, rocas, árboles viejos y descuidados, en fin, que había que poner manos a la obra.

Reneé tambié hace fotos a la nueva potranca, Nadinne
He tenido oportunidad de ver un par de libros que editaron posteriormente, con fotografías del proyecto que tenían “in mente”. Ya conocían del tema, por anteriores proyectos, de modo que sabían con lo que tenían que lidiar.
Había que comenzar por un desmonte casi total, allanamiento del terreno, preparación de tuberías, almacenamiento y distribución de agua, colocación de postes para delimitar las líneas y futuro tendido de hilos de alambre, apertura y preparación de calles interiores, etc.

Hay mil detalles que se unieron en esos momentos para hacer más gravoso el trabajo, como el tiempo, el barro, las innumerables piedras que jalonaban la primera hectárea que se iba a plantar. Pero el proyecto era claro y al poco tiempo se podía visualizar lo que sería esa plantación...y las venideras. Entretanto, la casa derruída no permitía el alojamiento en la finca, de modo que era un ir y venir constante hacia la casa que tenían cerca del pueblo. Paralelo al trabajo del futuro viñedo, otras labores paralelas insumían su tiempo: construir un sitio para guardar herramientas y tractor, pavimentar de grava los caminos principales, cerrar con una pared de piedra los sitios adyacentes a la entrada, que en principio solamente era un armazón de madera, hasta que se pudo instalar, un par de años después, la puerta de hierro que marca hoy la entrada a “Quinta Rosa”. Así, “ad infinitum”, porque ya se sabe que cuando se comienza algo desde cero, el trabajo es ingente, no existen horarios ni días libres, pero finalmente, dos años después, allá por 2010, se pudo comenzar a apreciar lo realizado.


Tecnología, pero a seguir limpiando viñedos...


Así siguieron luego terrazas tras terrazas, hasta las seis hectáreas actuales. Paralelamente, acometieron la construcción de la vivienda, una casa señorial de unos 200 metros habitables, con grandes ventanales, orientación justa para ver amanecer y atardecer por uno u otro lado, y que permitió, finalmente, el asentamiento total de la familia en el viñedo actual.

Hoy es un absoluto vergel, muy cuidado y con viñedos totalmente ecológicos que les han permitido obtener medallas de Oro, Plata y Bronce en distintos eventos públicos, y ser el único viñedo de la región del Algarve en obtenerlo, compitiendo con vinos industriales, familiares, grandes y pequeñas bodegas que jalonan la región. Debo decir que me ha parecido un magnífico vino, en cada una de sus especialidades, con carácter, un rosado completamente distinto de los demás, un blanco que tiene merecida la medalla obtenida, y un tinto alegre y con un regusto exacto de taninos en su elaboración. La bodega, instalada en los sótanos de la vivienda, ocupa prácticamente toda ella, y allí se embotella, se guarda y conserva, se añeja o se prepara para su distribución.

Realmente, considero que un productor que realiza este tipo de acciones, acorde con la Naturaleza, libre sus productos de pesticidas, insecticidas o mejoradores de sabor tan al uso, es para sentirse simplemente orgulloso de una labor bien hecha.

LOS ALREDEDORES

La finca se encuentra situada en un paraje denominado “Pinheiro e Garrado” (la traducción me falla un poco, pero podría ser un Pino bien agarrado, bien cimentado, bien plantado), cercano a la ciudad de Silves. Antigua capital comarcal, la ciudad creció al albergue de un hermoso castillo, bien conservado en la actualidad, donde se libraron sus buenas batallas años ha. Por aquí también pasaron pueblos distintos, desde los fenicios, los romanos, los árabes, etc. Cada uno dejó su impronta, y mucha de ella aún se conserva.
Con Jaap,Reneé y Mariona, otra wwofer, de cañas.
Suelo bajar a la ciudad los fines de semana (domingo, que el sábado es también día de trabajo), a hacerme un café con leche matinal con pan con mantequilla ( Um Galáo com leite quente, y una torrada, si faz favore”), y dar una vuelta por las callejuelas empedradas, que se van empinando hacia el castillo, en la cima de una colina.

Hace unos dias fuimos a un lugar llamado Algoz, donde se realizaba un mercado de agricultores, con animales, plantas, verduras y demás cosas, diferente de los típicos mercadillos semanales en cualquier ciudad, y que extiende por una explanada cercana a la ciudad. En esencia no se diferencia
mucho del tipo de venta, salvo que puedes salir arrastrando unos cuantos árboles o animales bajo el brazo.

REENCUENTROS

Había quedado con mis amigos de Campología, el sitio de las plantas exóticas, en vernos allí. Finalmente, salimos tarde, no nos encontramos con todos, pero quedó Inés, una wwoofer y compañera de aventuras y guitarra, con la que nos fuimos a hacer unos cafés en un improvisado chiringuito entre la hierba. También vino Mariona, la nueva voluntaria en casa de Jaap y Reneé, y charlamos finalmente en español, mechado con un poquito de francés y portugués. Diogo y el resto se habían vuelto ya, porque había que trabajar, pero Inés (que es navegante, o marinera), venía de trabajar varias semanas en reparar un barco con el que se van para Francia en unos días, y se tomó el día de descanso. Viaje va y viaje viene, Inés parte en su bici y parte en motocarro, dejé a Mariona en Silves y nos fuimos los tres a comer por allí y pasar la tarde poniéndonos al día. Luego la cosa se estropeó, nos perdimos y no encontramos a Inés que se volvió en bus Maihiloneira Grande, y tengo que devolverle la bici que viaja en el motocarro sobre mi colchón.
Batallitas. Pero dará ocasión para un nuevo encuentro cuando siga hacia el norte.

Me iré en unos días, una semana a casa de un amigo de la pareja, Francisco, un holandés que además de colaboración quiere refrescar su español para un viaje a Nicaragua y Panamá, muy próximo. El sitio está a poco más de dos o tres kilómetros, una verdadera mansión sobre una loma, donde haré un poco de jardinero y un poco de profe de español. Especialmente para Francisco, que se irá próximamente. Un paréntesis más en este viaje, que no deja de asombrarme por las novedades que e van presentando.

Luego, retorno a la región central de Portugal, zona de Alentejo, donde el planteamiento es colaborar en la bio construcción de una vivienda, entre otras cosas.

Pero eso será tema de otra historia…..o no.

martes, 11 de abril de 2017

Yo sigo en la carretera





Bien, se acabó por ahora mi etapa en Campología.

Diego, Balzac y el globo
Acabo de marcharme de Mexilhoneira Grande, donde se encuentra el campo cuasi experimental de Diogo Manuel Pacheco Águas (Aquí les gusta usar toooodos los nombres, de modo que…
Seis hectáreas con mil y tantas limas en el exterior, junto a aguacates, hortalizas y verduras, más otro tanto en el interior de la “estufa”, o invernadero para nosotros.

Allí se seguirán criando las plantas de Moringa que tanto me interesaban, junto a papayas, maracuyás (pasionaria para los argentos), mango, bananos, patatas del aire ( o kikas, creo), otras frutas de nombre impronunciable que no recuerdo, como una especie de vaina espinosa con el interior verde y sabor a kiwis, más plantas de pre temporada, como las judías, tomates, cherrys, y un largo etcétera que incluye cebollas ,plantas aromáticas, cantidad de cilantro, culantro o cuantro, a cuyo sabor no termino de acostumbrarme a pesar de los cinco años que conviví con María, Susy y compañía, peruanas ellas y muy apegadas a sus tradiciones, que por supuesto, requiere de esta hierba amarga...en fin.

Arboles tropicales en el invernadero
Total, que tenía programado un nuevo destino. En Silves, localidad a unos 30 kilómetros de distancia, y pleno corazón del Avarve, región sureña portuguesa. Jaap y Reneé me esperaban, aunque no sabía quienes o qué eran. Los nombres me sonaban raro, claro, pero luego me dijeron que en Holanda es bastante normal Jaap, el equivalente a Jacobus o Jacobo. Vale, haber empezado por allí, pero de todas maneras, como no hablo holandés, el medio de comunicación seguía siendo el inglés.

Este es un problema en todos los lugares con wwoofers de distinta condición, pelaje, edad, religión y sexo, y además nacionalidad. Ya me había tocado en varios de los últimos sitios: En casa de Wolfgang y Catherine, alemanes ellos, en la plantación eucaliptera de Sao Teotonio, con dos alemanes más, en casa de Diogo, con wwoofers de tres países, y el inglés como medio de comunicación. Seguramente he mejorado ese idioma, aunque nunca estoy muy seguro con él. Pero al parecer puedo mantener cierto tipo de conversaciones que no pensaba tiempo ha. Aunque en ocasiones entiendo una cosa y es la contraria….en fin.
Preparando mercancía para el mercado

De modo que una mañana, sobre las diez como a mí me gusta partir, salí de Campología, cerré todo porque ellos estaban en el mercado de Lagos, y triunfante con mi motocarro, me dirigí carretera nacional abajo, dejando que me pasen todos y cada uno de los coches que van detrás mío, siempre casi rozando, porque no importa que haya líneas discontinuas simples o dobles, ellos tienen más prisa y no será un “matavelhas” (así le llaman: “Mataviejas” o Tuck Tuck como en Oriente), el que les impida proseguir su marcha. Yo a mi ritmo, y el motocarro a su velocidad, que por cierto no es muy acelerada, mas bien todo lo contrario. Pero va, que es lo que importa. De vez en cuando con problemas, como ahora mismo con el alternador o vaya usted a saber, pero no me carga la batería.
De modo que sigue adelante, devorando kilómetros como loco...no será tanto, pero bueno.

EN CAMINO

De todas formas, el motocarro cumple su propósito básico, el de llevarme de un sitio a otro. Ahora bien, he de decir que por primera vez temía me dejara tirado. Ando con algún problema de batería, alternador o algo así, y se va descargando la batería de a poco, y esa mañana no arrancó. De modo que lo conecté a la corriente (tengo un cargador instalado en el carricoche), y a esperar un par de horas, hasta que finalmente arrancó y pude salir. Pero me temía que si paraba no arrancara más. De todas maneras, como tenía tiempo, llegué sin problemas a la finca, una verdadera preciosidad, toqué timbre y esperé, como decía el cartel, pero no salió nadie.

Frente de la vivienda de"Quinta Rosa"
De modo que ..qué hacer?..ir hasta el bar mas cercano, tomar una cervecita ( “Una Sagres pequenha, si fas favor”), y rogar porque después arranque. Allí trabé conversación con un portugués veterano que andaba en uno parecido (“pero el mío tiene cuatro ruedas”, dejó claro), pero le gustaba hablar, otros vecinos se unieron a la conversación, y finalmente , después de media hora de charla, mezcladita como carne para chorizo, conseguí un mecánico por las dudas.
La conversación no decaía, al final ya hablábamos del Benfica, el Barça y El Real Madrid, o como es mejor Portugal que España , y sus razones para verlo de esa manera (Me ha parecido tener este tipo de conversaciones muchas veces en España, al revés), y allí quedaron hablando solos cuando terminé mi cervecita. Solamente una, que hay que conducir, y mejor si es pequeña. No quiero problemas con la Guardia Nacional Republicana, alias policías lusitanos.

Pero subí al motocarro no muy convencido , cerré la puerta ...encendí..y volvió a arrancar mi sufrido vehículo, de modo que desanduve el kilómetro realizado anteriormente y volví a “Quinta Rosa”, mi destino.
Ahora sí, acerté...toqué timbre, esperé convenientemente, y una mujer de mediana edad vino toda sonriente a abrir la verja.
-“Jaap”, dije contento…
-No, Reneé….vale, no la pegué. No siempre se acierta a la primera, pero había un cincuenta por ciento de probabilidades...
Como los vehículos de los aeropuertos, me dice :
-:”Follow me”, y la seguí, que eso es lo que quiere decir en inglés ...y no lo que muchos piensan.

EN QUINTA ROSA

Aparqué frente a la casa, un hermoso chalet con jardines por todos lados, caballos, viñedos, gatos y perros. Allí me encontré finalmente con Jaap, el hacedor de vinos ecológicos...muy buenos vinos por cierto, y otro wwoofer, Jack, que duró solamente un par de días compartiendo habitación, porque se iba a otro sitio cercano a Aljezur, más al norte y cerca de Lisboa. Me mostraron mi habitación, el baño, (es más grande que mi anterior habitación en Campología, por cierto), la lavadora, cocina comedor, salón, terrazas, de todo un poco. Gente muy amable, mi inglés se iba extendiendo a medida que hablaba y parecía que entendían . Ellos y yo también. De modo que “adelante!”, y a continuar la conversación.

La finca , de unas cuantas hectáreas, está llena de viñedos. Por todos lados, y en toda ella, ni una hoja fuera de lugar. “Aquí tendré mucho trabajo” pensé para mis adentros, y no estaba muy equivocado…. Pero nada del otro jueves. El horario se cumple según lo establecido, unas 30 horas semanales, de ocho a una, y fin de la jornada. El resto del día libre para hacer lo que quieras, que en mi caso, y después de cinco horas de quitar hierbas con la desbrozadora, consiste en comer, arrastrarme hasta la cama y reparar con una buena siesta los estragos de la mañana. Que uno no anda para muchos devaneos, a esta altura del partido,
Porqué “Quinta Rosa”? . Tendrá algo que ver que haya rosas por todos lados, incluso a pie de viñedos?. Seguramente. Que Reneé haya adoptado el nombre artístico y faceboukero de “Reneé Fleur”?. Posiblemente ..
Y por eso el logotipo de los vinos es una rosa con el nombre de Jaap en medio. Visité con ellos la bodega, instalada en los bajos de la casa, moderna y bien organizada, como todo el resto. Digan lo que digan, la gente del norte es mucho más organizada que la del sur.
Vista de los viñedos
Las viñas están cortadas todas a la misma escala, amarradas del mismo modo, dejando solamente cuatro guías por lado, dos lados máximo y de tipo “espaldera”, si saben de qué hablo. Ya había visto este tipo de modelo en otros sitios, Patagonia incluido, con manzanos.

DOS AÑOS DE VIAJE

El próximo 22 de abril, “Dia de la Tierra”, fue el elegido para salir en esta aventura.
Allí. En Palma de Mallorca, tomé esa mañana el barco, con escolta de los “Classic Ryders” y amigos en coche, haciendo sonar los claxons como si fuera una fiesta...y quizás lo era, pero cuando finalmente quedé solo en el muelle, algo dentro mío pareció encogerse.

-”Bueno, ya estás metido en el baile...ahora a bailar”...pensé más o menos, y encaré la planchada de embarque, y me interné en la bodega del navío que me llevaría hasta Barcelona, primer lugar antes de salir hacia Tarragona. Quemaba mis naves, como quien dice, y me lanzaba de lleno a este quizás sinsentido viaje. Pero la cosa resultó, y aunque tenía previsto que fuera solo un año, y que recorrería toooda Europa, me encuentro ahora, dos años después con que solamente he hecho el sur de España y parte de Portugal.
Pero me di cuenta de inmediato que el plan era descabellado. No puedes andar saltando como langosta huyendo de la escoba, de semana en semana (Que era mas o menos mi idea primaria) y de lugar en lugar.

Porque si quieres conocer gente, circunstancias, aprender a realizar cosas, adquirir algún tipo de conocimiento del medio rural, tienes que hacerlo más lentamente. El algunos sitios se me fue más de un mes, en casi todos al menos tres semanas, en otros tuve que irme con el trabajo por la mitad o recién iniciado...pero no se puede tener todo en esta vida.
...y así hasta el día en que escribo esto. Se cumplirán los dos años quizás aquí, quizás en otro sitio.
Aún no tengo concertado el próximo destino, pero me quedan dos semanas de estancia en Quinta Rosa para saberlo.

Con mi infatigable motocarro
Y me sigue gustando mucho esto de ir haciendo camino al andar. Cada vez comprendo más a los siempre sufridos agricultores ecológicos, que no encuentran más que barreras e inconvenientes frente a las grandes multinacionales que continúan utilizando herbicidas, pesticidas y muchos “idas” más, materiales que generalmente estropean la tierra, contaminan las napas freáticas, los arroyos, ríos y mares, y en definitiva,
se encuentran en el otro lado en esto del Medio Ambiente.

Prefiero seguir colaborando con los primeros. Prefiero aportar mi pequeño grano de arena hasta que llegue un día, que seguramente no veré, en que se convierta en una soleada playa, con miles de millones de granitos de arena similares.


En definitiva, intentar dejar un poquito mejor esta Tierra a la que amamos, poco pero amamos, y que quienes continúen, no se quejen únicamente porque la raza humana no fue capaz de cuidar esa maravilla que tenemos, sino que en cambio, puedan disfrutar de una vida más confortable..y sobre todo, más saludable.
He dicho..